La cronología de fechas certifica que la motocicleta se inventó antes que el automóvil. La historia en mayúscula reúne las teorías del primer auto convencional propulsado por un motor de combustión interna bajo la órbita de Karl Benz y el pedido de patentamiento de un revolucionario instrumento móvil. La génesis de una industria próspera comenzó el 29 de enero de 1886. Un año antes, se creó el primer vehículo que puede ser considerado motocicleta. Desafectado de los anales históricos, los prototipos de Sylvester Howard Roper movidos a vapor.
La primera moto se confeccionó años antes en la mente de Gottlieb Daimler, uno de los ingenieros más innovadores y determinantes en los albores de la movilidad, cuando los vehículos eran concebidos como máquinas siniestras. El creador del primer carburador que utilizó nafta como combustible se asoció con Wilhelm Maybach para construir una innovadora herramienta de traslado. Años después la sociedad se unieron a Karl Benz para fundar Daimler-Benz, la compañía que luego se conoció como Mercedes-Benz.
Del modelo que inició el derrotero histórico de motos -un universo que produjo su propia épica, lenguaje, fanáticos y cultura- queda poco en la industria moderna. Apenas la ingeniería estándar: ruedas de gran diámetro, un asiento y un manillar. El motor compacto de un cilindro de alta velocidad fue registrado el tres de abril de 1885. El diseño conceptual y genérico fue patentado el 29 de agosto del mismo año. La idea se concibió en un taller experimental del jardín trasero que ocuparon en la casa de Daimler del distrito de Cannstatt en Stuttgart. El propulsor demandó una construcción de tres años: lo bautizaron "Grandfather Clock Engine", que traducido significaría "motor del reloj del abuelo".
Había que testear el producto que estaba compuesto por un carburador, válvulas de paso que se abrían por la succión del pistón y un tubo caliente de encendido que oficiaba de sistema de ignición eléctrico. Era menester comprobar su viabilidad, su eficiencia. Había que aplicarlo a un banco de pruebas. La motocicleta nació como efecto secundario y complementario al propósito principal del experimento: crear un motor que funcione y aprender de su ejercicio. La primera Reitwagen se fabricó en 1884. El modelo final y mejorado se desarrolló al año siguiente. Era la primera moto, aunque para entonces era apenas una estructura de ensayo.
La Daimler Reitwagen definitiva montaba un motor de 264 cc de un cilindro de cuatro tiempos instalado sobre bloques de goma que erogaba una potencia de 0,5 CV a 600 rpm. Sus ruedas eran de madera, material predominante en la arquitectura de la unidad. La moto temblaba al andar: no tenía neumáticos ni suspensiones, solo una banda de rodamiento de hierro. Un elemento casi cómico eran sus dos pequeñas ruedas en el eje trasero que la mantenían erguida.
Su historia se completa con tragedia y deshonra. La primera moto de combustión no superó nunca los doce kilómetros por hora. La leyenda dice que el ejemplar original recorrió solo doce kilómetros en noviembre de 1885 en Stuttgart. Su único piloto fue el hijo de Daimler. Hay corrientes históricas que aseguran que el modelo se quemó en un incendio en 1903. Lo relevante fue que el invento fue abandonado rápidamente. Daimler estaba más entusiasmado en fabricar motores que motoricen vehículos de más ruedas. Una decena de réplicas fabricadas en madera desplegadas por los museos del mundo honran a la madre de todas las motocicletas: aquella que nació por añadidura, como consecuencia del desarrollo de un motor.
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