El Infiniti Prototype 9 une dos mundos: recupera las siluetas estilísticas de los antiguos autos de carrera y le adosa herramientas, instrumentos, tecnología de la era posmoderna. Es la simulación de un bólido de aquellos años construido en un tiempo y espacio diferente; una reinterpretación de los monoplazas de competición de la década del cuarenta según el criterio de una marca premium que nació medio siglo después. El diseño ultra retro de Infiniti rememora más la cultura automovilística que la propia mística de la compañía: no es autoreferencial, representa su visión del sentido clásico, del culto vintage de la industria.
El primer impacto visual devuelve al presente las legendarias "flechas plateadas", los deportivos con los que la fusión de Mercedes-Benz y Audi gobernaron las competiciones en los años treinta. La asociación es directa con la figura de Juan Manuel Fangio, quien a bordo de Mercedes-Benz W196R se consagró campeón de los campeonatos mundiales de 1954 y 1955. El "Flecha del Plata" con el que el piloto argentino ganó los Grand Prix de Alemania y Suiza de 1954 se convirtió en 2013 en el auto más caro del mundo tras ser rematado en una subasta en Inglaterra por un valor equivalente a 22,7 millones de euros.
El concept car de la división de lujo de Nissan apela a la nostalgia. Se presentará en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, California, Estados Unidos, la cita máxima de los autos clásicos en el mundo. Su promesa de exhibición ha generado una gran expectativa. La consigna dual de su naturaleza duplica su atractiva: una combinación perfecta entre las líneas retro con consignas de avanzada pretende aunar lo mejor del pasado con lo mejor del futuro.
Y su construcción devela una especie de homenaje a los tiempos en los que la marca Infiniti no existió. Se fundó en 1989, como una división premium de la consagrada Nissan emulando lo que Honda y Toyota habían hecho con Acura y Lexus, respectivamente. El diseño quizás hace referencia a lo que la firma hubiese hecho con sus creaciones en aquella era. Alfonso Albaisa, Director Ejecutivo de Diseño de Infiniti, explicó cómo nació el prototipo: "Comenzó con un simple pensamiento. ¿Y si encontráramos un deportivo en el sur de Japón, escondido en un granero, olvidado durante los últimos setenta años? ¿Y si en este auto estuviera plantada la semilla de la pasión por la competición del primer Gran Premio japonés de la historia y tuviera la potencia y la confección de un Infiniti actual? ¿Cómo luciría ese descubrimiento?".
El Prototype 9 rebalsa carácter, su diseño es impecable. La carrocería a cielo abierto, su silueta baja y estilizada, sus ruedas finitas colocadas fuera del esqueleto le otorgan una personalidad auténtica. Su piel fue tratada con metal pulido y moldeada de modo artesanal. A pesar del renovado concepto de Infiniti, en su parrilla delantera se distingue las características medulares de sus modelos actuales con sus pronunciadas curvas.
Su visión de futuro queda manifiesta debajo de su fisonomía. La marca montó un nuevo tren de potencia eléctrico: la batería de alto voltaje de 30 kWh se fusiona con un motor eléctrico que entrega en conjunto 110 kWh de potencia, el equivalente a casi 150 caballos y 320 Nm de torque. Su peso de apenas 890 kilos permite que el monoplaza alcance los cien kilómetros por hora en menos de seis segundos. Su velocidad máxima está limitada en 168 kilómetros por hora. Tracción trasera, amortiguadores hidráulicos, llantas multirradios y neumáticos son de 19 pulgadas completan su presentación. Brillará, no hay dudas, en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, donde promete ser el concept más alucinante.
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