La industria automotriz no detiene su evolución. Las diferencias entre creaciones actuales y realizaciones de años anteriores son evidentes. La respuesta visual es inmediata: es fácilmente reconocible distinguir qué modelo corresponde a décadas pretéritas. Los cambios se traducen en diseño, tecnología, rendimiento, comportamiento, confort y seguridad. El European New Car Assessment Programme (NCAP), un programa de evaluación de la seguridad de los vehículos respaldado por la Unión Europea, celebró sus veinte años de historia con una evaluación sugerente: medir la seguridad de los automóviles en sus comienzos y en su actualidad.
En la comparación se enfrentaron dos vehículos populares: el Rover 100 de 1997 y el Honda Jazz -en el mercado argentino se lo conoce como Honda Fit- de 2015. Las imágenes son convincentes. En la prueba de colisión frontal del Rover los ocupantes absorben violentamente el impacto: las probabilidades de vida son ínfimas. En aquel momento, la NCAP puntuó con una estrella de cinco posibles la seguridad del conductor y reprobó casi todas las áreas de protección a los ocupantes por "intrusión excesiva e inestabilidad del habitáculo".
El Honda actual, en contraste con el Rover, responde de manera eficiente al impacto frontal. El monovolumen japonés obtuvo puntuaciones altas en todos los aspectos: la zona de arrugamiento se produce en el capot, donde consigue absorber la fuerza del impacto protegiendo a los ocupantes del habitáculo. Incorpora de fábrica múltiples airbags, incluso airbags de cortina, bajo un equipamiento conocido como Sistema de Sujeción Suplementario (SRS). El Jazz europeo recibió el premio Euro NCAP al mejor automóvil 2015 del segmento B tras lograr la máxima calificación de seguridad con cinco estrellas.
"Veinte años después del inicio de un programa considerado controvertido, rechazado por los fabricantes y, en teoría, centrado en normas de seguridad no realistas, Euro NCAP se ha convertido en una parte de la actualidad del automóvil. Se han evitado miles de accidentes, la demanda de seguridad de los consumidores es elevada, los fabricantes compiten por los mejores resultados de seguridad y las normas de seguridad en los vehículos siguen mejorando", celebró Max Mosley, primer presidente de Euro NCAP y presidente de Global NCAP.
Global NCAP, en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo, realizó un estudio con foco en Latinoamérica con el propósito de estimular que las industrias de la región adopten regulaciones básicas de seguridad vehicular recomendadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas y las Metas Mundiales para el Desarrollo Sostenible. La investigación, realizada de manera independiente por el Laboratorio de Investigación del Transporte del Reino Unido, reveló que 40 mil muertes de ocupantes de vehículos podrían ser prevenidas hasta 2030 si se implementaran estándares mínimos de seguridad. Si también se considera a los ocupantes seriamente lesionados, entonces se estima que hasta 440 mil ocupantes muertos y/o lesionados podrían ser salvados. Una evaluación económica sugiere que estas reducciones en el número de víctimas podrían ahorrar hasta 143 mil millones de dólares en el período comprendido entre 2016 y 2030.
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