Del lujo, el lujo. Los juegos de palabras sobran. El Rolls-Royce Phantom es octogenario. La octava generación del auto que valida, con unanimidad de los historiadores, la etiqueta del "más lujoso del mundo" fue presentada en un escenario acorde a la coyuntura. "La arquitectura del lujo", resumió Giles Taylor, el director de diseño de la firma. "El cliente es el rey. Cada Phantom es una pieza única", definió Torsen Müller-Otvos, consejero delegado de la marca. "El buque insignia de Rolls-Royce y el producto de lujo más importante del mundo", celebró Peter Schwarzenbauer, presidente de la compañía. "El arte de hacer autos" es la escuela del fantasma más distinguido de la industria automotriz.
Lujo por doquier. En autos, su sinónimo. La definición del brillo, el refinamiento, la clase, la calidad aplicada a instrumentos de movilidad. El Phantom VIII es una continuación de la estética y la filosofía de un vehículo de 92 años de vigencia. La semejanza en la progresión de las líneas pueden compararse en una cumbre que reunió a los representantes del lujo automotriz: palabras mayores del estilo. "Eight Great Phantoms" fue la excusa para presentar la octava generación de un ícono.
La sede londinense de la célebre casa de subastas Bonhams brindó el escenario para anunciar al nuevo Phantom y exhibirlo en compañía de otros siete grandes. La exposición, del I al VIII, es un recorrido por autos que fueron testigos de la historia. Presume de ser el modelo más antiguo en funcionamiento: atraviesa casi un siglo de vida por respetadas celebridades que fueron dueños de los modelos más exclusivos -y lujosos, claro- del mercado. Los Ocho Grandes Phantoms, en orden cronológico.
Phantom I de 1927
Propiedad de Fred Astaire: el actor, bailarín y cantante estadounidense adquirió un modelo del primer Phantom dos años después que comenzara la producción de este singular automóvil. Como estrella de Hollywood consagrada, adquirió un exclusivo Rolls Royce para viajar con estilo en el Reino Unido. El modelo fue acabado en verde oscuro con detalles en negro y su interior también reviste la misma tonalidad que el exterior con materiales de cuero.
Phantom II de 1933
Un Phantom II Continental era una edición especial de la segunda generación del auto de culto de Rolls-Royce. El laureado piloto de carreras Sir Malcolm Campbell estableció -el 22 de febrero de 1933- un nuevo récord mundial de velocidad al viajar a 272 millas por hora (el equivalente a 438 km/h) en Daytona Beach, Florida, a bordo de su Blue Bird. Un mes después celebró su gesta con el encargo de la versión deportiva del Phantom II. La compañía británica realizó una producción a medida: un equipo inalámbrico, un extintor, un foco, un escape deportivo de nueve pulgadas más largo de la norma para imitar el sonido de su bólido. Campbell, en un folleto promocional, dijo que su automóvil era "el mejor Rolls-Royce producido".
Phantom III de 1936
Un vehículo diseñado especialmente a pedido del general británico Bernard Law Montgomery, una célebre figura militar que participó activamente en la Segunda Guerra Mundial. Apodado "Monty", necesitaba un vehículo que pudiera transportar de manera fiable y confortable a personalidades importantes de la época. El Rolls-Royce Phantom III Butler fue el elegido. Tenía un parabrisas inclinado y una saga delineada con un propósito: ser un 15% más aerodinámico que la versión estándar. Fabricado en 1936, su tablero de comandos era un prodigio tecnológico para la época con reminiscencias a los comandos de los aviones. La leyenda dice que el interior del vehículo -tapicería y madera- tiene marcas del puro del primer ministro británico, Winston Churchill. Treinta años después, en 1963, el General Montgomery vendió el vehículo con más de 565 mil kilómetros.
Phantom IV de 1952
El primer Phantom de la exposición que perteneció a una personalidad de la realeza. Aga Khan III vivió una vida de reyes. Instaló un perfil que comulgaba con su frenesí por adquirir la cuarta generación del auto más lujoso del mundo. Combinó su predilección por los caballos pura sangre y un estilo de vida del jet-set de época con su rol como líder de la comunidad musulmana Nizarí Ismailí. Firmada por Hooper, su carrocería adopta líneas fluidas y un peculiar estilo Sedanca de Ville, y en su interior sorprende un tono rojizo. Su fabricación, que demandó dos años de trabajo, respetó las exigencias de personalización: un completo set de picnic, un Dictaphone y un kit de cuidados personales customizado que incluía un espejo ajustable, un cepillo y un peine de plata.
Phantom V de 1965
John Lennon lo compró el 3 de junio de 1965: el Phantom V lucía un clásico color negro denominado Valentine Black, una apariencia ciertamente discreta para el espíritu del músico. Años después lo convirtió en lo que hoy expresa. El propietario le pidió en abril de 1967 al constructor JP Fallon que se inspirara en un auto gitano para modificar el espíritu de su Rolls-Royce. Hoy es uno de los "fantasmas" más famosos de la historia de la automoción. Su piel psicodélica lo diferencia del resto: su amarillo predominante rememora la tapa del célebre disco "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" que en 2017 cumplió 50 años. Además de cambiarle el color, Lennon le imprimió vicios de rock-star: personalizó la patente FJB 111C, transformó el asiento trasero en una cama doble, incorporó un televisor, una heladera, un teléfono, un sistema de sonido y, claro, un reproductor de discos.
Phantom VI de 1977
La firma británica le obsequió un Phantom VI State Limousine a la reina Isabel II de Inglaterra en honor a la celebración de sus bodas de plata en el trono. Fue personalizado en relación a su propósito: amplitud en las ventanillas, techo elevado, maximización del confort y seguridad. Es el segundo Phantom que será exhibido por la casa Bonhams que pertenece a la realeza. Recientemente fue utilizado por la Duquesa de Cambridge para la boda con el Príncipe Guillermo.
Phantom VIII de 2003
El comienzo de la era BMW. Para inyectar modernidad y promover el renacimiento de una marca de culto, la compañía alemana adquirió la licencia para comercializar los Rolls-Royce. En abril de 2003 el mundo recibió la séptima generación del Phantom, directo de la fábrica de Goodwood. La primera unidad que emergió de la histórica planta de West Sussex fue conservada para honrar esta fusión. Sólo ha recorrido desde entonces 7.240 kilómetros en Australia, donde radica su propietario. El modelo es un fino equilibrio entre la modernidad y la atemporalidad respetuosa de una estética consagrada.
Phantom VIII de 2017
La vedette de la cita. Catorce años después de que saliera su antecesor, Rolls-Royce volvió a actualizar su buque insignia con un modelo octogenario que hereda las formas consagradas y que se permite renovaciones estilísticas y arquitectónicas. Desde su frontal se perciben cambios en concepto de dinámica y fisonomía. En su interior, la compañía presume de haber creado el vehículo con motor de combustión mejor insonorizado del planeta. Está fabricada sobre una nueva plataforma de aluminio que será capaz de adaptarse a las característica que demande cada modelo. Será entonces el alma de cada nuevo proyecto con la rúbrica RR -tal vez del ansiado SUV de la firma premium británica-. Montará un motor V12 de 6.75 litros, con una transmisión asistida mediante satélite de ocho velocidades.
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