En 2011 la firma británica Briggs Automotive Company terminó de desarrollar el prototipo de un monoplaza de competición para calle. Su nombre: BAC Mono. Por su aspecto simula ser un modelo de carrera, pero está homologado para circular por las carreteras. Pesa apenas 550 kilos debido a que usa grafeno en su carrocería. Con 305 caballos de potencia en un motor de 2.5 litros permite realizar el sprint de 0 a 100 en 2,8 segundos y desarrollar una velocidad máxima de 275 kilómetros por hora. Las características constituyen una de las propuestas radicales de deportivos más valoradas por los aficionados.
El BAC Mono no es un bólido que satisface el deseo de los amantes de la velocidad. Ahora también es el medio de traslado y herramienta de concientización de la Policía de la Isla de Man. Se convirtió en uno de los coches de seguridad más alucinantes del planeta, una tendencia que se vislumbra cada vez más alrededor del globo: imponentes deportivos convertidos en patrullas al servicio de la comunidad, hechos para proteger y prevenir, a bordo de unidades preparadas para las persecuciones y las emergencias.
La medida sigue la línea de lo que sucede, por ejemplo, con la flota de autos del cuerpo policial de las fuerzas de seguridad de la ciudad de Dubái, entre cuyos modelos figuran algunos destacados: Lamborghini Aventador, Bugatti Veyron, Ferrari FF, McLaren MP14-12C, Chevrolet Camaro SS, BMW i8, Bentley Continental GT o Mercedes-Benz G65 Brabus. Una lista que bien podría pertenecer a la flota guardada en el garage de algún excéntrico millonario.
Específicamente para la nueva tarea, demandará a los uniformados viajar con un casco integral para evitar la fuerza del viento por ir totalmente descubierto. Y como dato negativo, su condición de monoplaza también limita las funciones como vehículo policial. Es que por sus características, el BAC Mono consiste más en una atractiva propuesta para aficionados a la conducción de los deportivos que para un auto de la ley. Sin embargo, su trabajada aerodinámica y ligero peso lo transforman en una opción ideal para el circuito que rondará.
La Isla de Man, un lugar en pleno mar de Irlanda, es conocida por sus carreteras que circunvalan las ciudades, en las que no hay límite de velocidad. También porque anualmente se realiza una espectacular competencia motorista, la Tourist Trophy: una carrera de motocicletas y ocasionalmente de autos, en la que la isla se transforma en un circuito de 25 kilómetros en donde coches y motos superan los 200 km/h de velocidad media, cerca de los aficionados, muros y casas. Se trata de una meca del mundo automotor.
El prototipo se sumará a la flota local para todo tipo de tareas, incluyendo eventos especiales sobre seguridad vial y conducción responsable. De hecho, ya luce la decoración típica de las fuerzas del orden e incluso tiene ya piloto. El agente Andy Greaves, motorista e investigador de accidentes, será el encargado de conducirlo. Aunque cuente con un potencial supremo como móvil de intercepción, más que nada servirá para ayudar a los agentes a concientizar a los conductores locales sobre la seguridad vial. Creen que capturará rápidamente la atención de la gente.
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