Los primeros autos de la historia no las tenían. El tiempo y los años, la evolución, el crecimiento de una industria próspera las incorporó. Ayer ni siquiera estaban concebidas, y hoy conforman la identidad de un auto. Las puertas -las herramientas que se operan en procura del ingreso o el egreso de los ocupantes- son como son por un abanico de razones.
Antes, en los albores de la movilidad, no eran -no existían- porque básicamente no importaban. La misión era hacerlos funcionar. Conceptos de seguridad o diseño eran casi primitivos. Su uso significaba exceso de peso y complejidad en la producción. Pero ya antes de 1920, las puertas empezaron a ser necesarias como método para contrarrestar el frío y la suciedad. Corría una época donde la idea de carrocería cerrada era incipiente. Las primeras puertas no fueron, de todos modos, como las convencionales. Habían heredado las configuraciones de los antiguos carruajes: las popularmente llamadas aperturas suicidas, de adelante hacia atrás, con la bisagra en la parte trasera.
A mediados de siglo XX, la aerodinámica obligó a rediseñar los bocetos automotrices. La simplicidad en el mecanismo y la economía en la fabricación también impusieron el cambio de estilo en las puertas. La lógica dictaba cambiar de lugar la bisagra. En la segunda mitad del siglo pasado, las puertas tradicionales se habían consolidado por operatividad y sencillez.
Pero no fueron ni son las únicas. El juego del diseño y la búsqueda por la exclusividad inspiraron nuevos estilos de puertas: "alas de gaviota", "alas de tijera", cúpulas y más. Habían quedado relegadas a la extravagancia las apertura suicida, que respondían al apelativo porque cuando se abrían de manera accidental, la potencia del viento las mantenía aún más abiertas, por lo que los ocupantes podían salir despedidos. Ante tales beneficios, las leyendas urbanas atribuyen estos vehículos a los gánsters, quienes arrojaban a sus víctimas de los autos en movimiento.
SideWinder
El Rezvani Beast Alpha presentó una última innovación en puertas: las SideWinder que oculta en su traducción -"viento lateral"- su mecanismo. Las mismas se deslizan hacia adelante, de forma perpendicular hasta quedar desplegadas junto a los flancos delanteros. La tecnología funciona mediante un botón y permiten un espacio limpio para atravesar, aunque no pareciera ser un mecanismo suficientemente atractivo para repetirse en la industria.
Cúpula
Emulan los sistemas de ingreso y egreso de los cazas de combate: se despliegan hacia arriba para facilitar el acceso. El reciente Renault Trezor Concept, un prototipo que reinauguró el departamento de innovación y diseño de la mítica marca francesa, adoptó este extravagante mecanismo, reservado para los deportivos más exclusivos.
Corredizas
Algo más convencionales. Empleadas en vehículos de carga, en furgones o van, también algunos prototipos adelantados a su época eligieron innovar en puertas que no se abrían ni se cerraban: simplemente se deslizaban por un carril que podía ocultarse en la carrocería o bien quedar junto a la pared lateral del vehículo. Algunos modelos portaron puertas corredizas inferiores, que se deslizaban hacia abajo para quedar escondidas en el chasis.
Cisne
Parecidas a las puertas ya convencionales, pero con un motivo definido. Su apertura se eleva ligeramente para evitar los impactos con objetos ubicados en el piso. El sistema permite salir de vehículos con poca altura libre al suelo.
Alas de gaviota
Punto de anclaje en el techo, puertas que se abren hacia arriba: inspiró uno de los vehículos más icónicos que utilizaron este mecanismo, el Mercedes 300 SL Gullwing -su traducción oficial "alas de gaviota"-. Era un deportivo fabricado entre 1954 y 1963 que garantizaba un acceso más claro. El modelo fue exitoso y varias marcas repitieron la innovación. El mítico DeLorean DMC-12, el Pagani Huayra y el Aston Martin Bulldog incorporaron las alas de gaviota como sistema de ingreso y egreso al automóvil.
Tijera
Lamborghini ha popularizado estas aperturas de movimiento vertical, sobre una bisagra emplazada sobre el pilar A. Su utilidad permite estacionar en rincones estrechos porque no necesita radio libre para operar el mecanismo de acceso, pero a su vez si su ángulo de giro no es suficientemente generoso, el espacio de ingreso o egreso puede resultar sensiblemente escaso.
Alas de mariposa
Supone una variación de las de apertura tipo tijera, aunque con una diferencia radical: en vez de abrirse hacia arriba, apenas rotan un poco hacia afuera. Permite un espacio de ingreso más noble pero a su vez precisa de un radio disponible sobre los laterales para abrir las puertas de mariposa.
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