En Alepo, Abu Omar,victima de la guerra en Siria, sigue manteniendo su colección de autos a pesar de la que el combate no acabó. Cuidándolos mas que a su familia, se quedo en su ciudad para asegurarse que nada les pasara.
Los bloques de piedra desprendidos de un edificio de su barrio de Shaar durante un bombardeo aéreo le aplastarom el techo y abollaron el capot de uno de sus autos, imprimiendo a la rejilla del radiador un rictus de sufrimiento.
"Mire, está llorando. Está herido y me pide ayuda", dijo este coleccionista de 70 años que promete repararlo ahora que las armas se han callado, desde que el ejército retomó en diciembre el control de la segunda ciudad de Siria.
El barrio entero está en ruinas: edificios desvencijados o derrumbados, ventanas reventadas y veredas polvorientas o sembradas de escombros.
Mohammad, que estudió medicina en Zaragoza, España y luego tradujo al árabe un manual de Fiat en Turín, Italia, regresó a su ciudad para abrir una fábrica de cosméticos y en particular de un pintalabios que bautizó "Mila Robinson".
Pero su verdadera pasión son los coches de colección. La heredó de su padre, un rico colorista textil que conducía un Pontiac 1950 que Mohammad guarda con estima.
Llegó a tener 30 autos pero perdió 10, destruidos o robados durante la guerra.
"Me gustan porque son como las mujeres, bellas y fuertes", afirmó el coleccionista, que tiene dos esposas, una en Alepo y otra en Hama, y ocho hijos.
Sus gustos son bastante eclécticos, tiene una preferencia por los estadounidenses de los años 1950: Cadillac, Hudson, Buick, Chevrolet, Mercury. Pero también tiene un Volkswagen y una furgoneta 2CV.
"Tengo tres Cadillacs porque son los más lujosos. Todo coleccionista debe tener un Cadillac. Si no lo tiene es como es si su colección no tuviera cabeza", aseguró con convicción.
Su mayor orgullo es un Cadillac 1947 descapotable de color rojo que utilizaron por lo menos seis presidentes
En este descapotable, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser y su homólogo sirio Shukri al Kuwatli recorrieron Damasco tras la proclamación en 1958 de la República Árabe Unida, producto de la breve unión entre Egipto y Siria. "Lo compré hace 12 años en una subasta por 620 libras sirias pero me costó 100 veces más porque nunca se habían pagado los impuestos de aduana", explicó. Para que no se lo roben, Mohammad escondió el volante y los asientos en su casa.
Su vecino Nihad Sultan, un cantante de 30 años, afirmó que cuando Mohammad se fue durante los dos últimos meses de combates, los habitantes del barrio convencieron a los rebeldes para que no instalasen una ametralladora pesada antiaérea en la camioneta Chevrolet 1958.
El edificio en donde vive es un caos: cristales rotos, piedras en la escalera, habitaciones en el primer piso derruidas y llenas de escombros.
“Están todos heridos”, lamenta como si hablara de personas. Quiere arreglarlos incluso antes que su casa. “Y tengo intención de comprar otros”.
"Me gusta la Historia porque vive en mí. Mi pasado fue muy feliz pero las cosas han cambiado. Ahora es duro. Aunque no debemos desanimarnos", agregó.
Algunos extranjeros se han ofrecido a comprarle sus coches, incluso en mal estado. Pero él se niega de plano. "Son para mis hijos. Los repartiré según la ley religiosa: dos para cada hijo y uno para cada hija".
LEA MÁS: