Moto, moto, moto, moto. El paisaje urbano de Taipéi, la capital de Taiwán, es uniforme. En hora pico, en vías de tránsito hacia el centro socioeconómico de la ciudad, la dinámica social se encrudece. El horizonte es homogéneo: personas con casco a bordo de motocicletas a una velocidad moderada por el propio flujo del tráfico. Para el extranjero, un colapso mental, una odisea. Para los locales, la cotidianidad, la normalidad.
Scooters, scooters, scooters, scooters. El orden del caos. El éxodo masivo es una imagen en movimiento repetida en la ciudad de la isla asiática. El fenómeno, de características insólitas y pintorescas, responde a estructuras políticas, económicas y sociales establecidas. Su despliegue esconde entre la atracción de su épica una contenido cultural que razona sobre su propia condición.
En Taipéi, las motos reproducen una marea. Redefinen la denominación de "calle atestada de vehículos". Y aunque la cantidad de scooters y voluntades y destinos de los tripulantes estimulan la teoría del caos, es asombrosa la parsimonia y la perfecta sintonía de este mar apacible de motos. En el video, en la intersección de la calle Minuan W Rd y la sección dos de la avenida Yanping N Rd, a cinco cuadras del Taipei Bridge que cruza el Río Tamsui, la marea de conductores intensifica la fascinación.
El trasfondo de estas imágenes es cultural. La capital de Taiwán carece de transporte público de eficiencia y confiabilidad. Su temperatura media anual es de 22 grados. Según el Taiwan Business Topics, los autos son el segundo bien más caro del país. Esta combinación de factores fomentan el uso de motos: en su mayor medida scooters, de cilindrada prudente, resistentes y económicos.
De acuerdo a estadísticas del Directorio General de Presupuestos, Cuentas y Estadística de Taiwán (DGBAS), en Taipéi hay 415 scooters por cada mil personas. La alta demanda del vehículos de dos ruedas provocó reinterpretaciones del flujo del tráfico: la capital taiwanesa diseñó carriles exclusivos para las motos para alentar su independencia y seguridad en la estructura vial.
En localidades con un nivel de vida más precario que Taipéi, el número de unidades se duplica. En el Gran Kaohsiung, por ejemplo, por cada mil habitantes hay 830 scooters. Sin embargo, hoy la proliferación de estos vehículos desmadran el tráfico. Los órganos gubernamentales consideran que existe una "acumulación irresponsable" de motos, por eso combaten para reducir su influencia con políticas de castigo: limitación en la cantidad de licencias otorgadas, multas más severas y el cobro de una tarifa estándar por cada unidad que ingresa a una zona de estacionamiento son algunas de las medidas aplicadas para que el caos organizado de Taipéi se disipe.
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