La filosofía "kinetic warmth" acuñó al Toyota Concept-i. Pensado desde adentro hacia afuera, diseñado para atribuirle calidez, sensibilidad y emoción, el concept car presentado en el Salón de la Electrónica de Consumo 2017 -la traducción original al Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas- subyace la idea de que la tecnología puede suspender su condición de desapego, neutralidad y frialdad para convertirse en un complemento ameno, acogedor, divertido y sentimental.
"Kinetic warmth" es algo así como "calidez cinética". Toyota construyó esta obra surcando la idea de convertir al auto inteligente en un lugar con vibraciones y sensaciones, un hogar que vive al compás de sus usuarios. Prioriza la experiencia envolvente y activa a la competencia por prestaciones y fuente de energía. Su razonamiento es incluir a la ecuación de los vehículos del futuro un sistema avanzado de inteligencia artificial, un término medio entre la autonomía de conducción y la diversión al volante.
Ese sistema dicotómico tiene nombre. Toyota lo bautizó Yui, una red capaz de "prever las necesidades de los usuarios, inspirar su imaginación y mejorar su calidad de vida". Yui es un asistente personal que se relaciona con el conductor, aprende, crece e interactúa. Está diseñado para superar las barreras culturales, desde la consola central del Concept-i envuelve el habitáculo con un propósito multisensorial: potencia la capacidad de luz, sonido y tacto para relacionarse de manera orgánica con los usuarios.
Cuando Yui no esté a cargo de la conducción del vehículo, se dedica a servirse de tecnologías que administren y potencien la seguridad en la conducción a través de estímulos táctiles y visuales que sean útiles para la respuesta humana. Incorporará gustos, costumbres, experiencias, advertirá emociones, interpretará sentimientos y operará en consecuencia con sistemas de infoentretenimiento.
Prescinde de pantallas en el tablero de mandos: presenta la información ante casos específicos. Los colores de las luces en la zona de los pies cambian de acuerdo a la conducción del vehículo -autónomo o manual-. Proyectores sensibles reportan imágenes para notificar ángulos muertos y un programa de proyección enseña en el parabrisas información útil y discreta para no desviar la atención del conductor.
Cuando Yui esté a cargo, será un vehículo autónomo, sino no estaría bajo la calificación de auto del futuro. En su exterior, el diseño se permite algunas licencias artística que pretenden validar su condición de futurista. El prototipo de Toyota tiene líneas y ángulos fantasiosos, dignos de ciencia ficción. El prototipo del fabricante japonés también interactúa con su alrededor a través de su estímulos externos, ya sea para saludar o para advertir maniobras. Una obra de la CALTY Design Research de Toyota en Newport Beach y el Toyota Innovation Hub en San Francisco, sobre la base de una "calidez cinética" sin precedentes en la industria. Una manera de fusionar de manera orgánica el aprendizaje, el progreso y la experiencia del usuario junto a la IA -inteligencia artificial-. Algo así como una amistad.
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