Están los hypercars, los autos vintage, los que exacerban el lujo y la ostentación, los exclusivos, los que buscan romper récords de velocidad, están los autónomos, los futuristas, los concepts cars, están los entrada de gama, los económicos y funcionales, los exitosos en ventas. Están todos esos y están los otros: los errores de la industria, los estrafalarios que parecían una broma pero que igual fueron sometidos a procesos de fabricación.
Son extraños autos que por voluntad, tesón y capricho de las marcas persistieron en las calles, insólitos vehículos que adquirieron inesperada popularidad en el mercado. Extraños y exóticos, con permanencia en la idiosincrasia de la industria por su inexplicable curso. Pudieron haber concluido su vida útil en instancias de prototipos pero no: escalaron a producción en serie a pesar de que por funciones o diseño parecían ser bromas de algún fabricante.
Corbin Sparrow
Un unipersonal eléctrico, excéntrico, una realización propia de una serie de ciencia ficción. La compañía Corbin Motors inventó a finales del siglo XX un monoplaza reducido, de tres ruedas, con un diseño singular. Y aunque no parece digna de una creación en serie, la firma recibió más de 40 millones de dólares en encargos. Sus primeras unidades fueron entregadas en 1998 y hoy, casi dos décadas después de sus inicios, el extraño modelo sobrevive: se espera que en 2017 se lanza una nueva versión luego de que la compañía original entrara en bancarrota.
BMW Isetta
Una vez BMW le puso el logo a un microauto de 2,3 metros de longitud, espacio para dos, un motor de 9,5 CV y un potencial cercano a los 75 kilómetros por hora. Era el Isetta, el precursor de los minicoches. Después de la Segunda Guerra Mundial, Alemania debía recuperarse: necesitaba un vehículo de movilidad económico, práctico, fácil de producir y de mantener. La firma alemana fabricó más de 135 mil unidades tras asociarse con Iso, una fábrica italiana dedicada a la producción de scooters y refrigeradores "Isothermos".
Reliant Robin
De 1973 a 2001: 28 años persistió el Reliant Robin, un extraño modelo de tres ruedas que permaneció lo suficiente aunque tanto su estética y estabilidad como su funcionalidad y practicidad fuesen dudosas. Al tener la tracción en sus ruedas traseras y la dirección en la parte delantera, el mini-auto volcaba al tomar curvas a cierta velocidad. Para compensar el peso de 450 kilos, los dueños solían colocar contrapesos en la cabina.
Nissan S-Cargo
Hace 30 años Nissan comercializó una camioneta comercial que, aunque operativa y funcional, se destacaba por su diseño singular. Repite su posición de privilegio en las listas de los autos más feos de la historia. El S-Cargo (referencia a "small cargo" o pequeña carga en su traducción) está inspirado en la popular furgoneta de reparto Citroën 2CV. En 1988 fue relazado en el Motor Show de Tokio: sólo se podía comprar mediante una reserva. Soportó presencia hasta 1992 con un total de doce mil unidades vendidas.
Fiat Multipla
Feo pero… Otro modelo que suele figurar en la lista de los autos con peor diseño de la historia. Conserva un lugar especial en la memoria de la industria por sus inusuales proporcionales y el extraño escalón que une el capó y el parabrisas. Su condición única lo llevó a ser expuesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York -MoMA- y recibir el premio al "Automóvil más feo de 1999" a cargo del prestigioso programa de televisión inglés Top Gear. A pesar de las críticas, Fiat apostó por el Multipla: lo fabricó de 1998 a 2010, aunque su carrocería original prescribió en 2004.
Aurora
Aurora o "el auto más feo del mundo". Una creación de los años cincuenta que había nacido con la consigna de ser un "vehículo seguro y revolucionario". Tenía barras antivuelco, cinturones de seguridad y columna de dirección deformable. Podía ser el auto más seguro de la historia pero su aspecto exterior horrorizaba. El primer modelo de la firma Aurora Motor Company con sede en Branford, Connecticut, costaba 30.000 dólares, el doble de un Cadillac. En 1957 nacía y moría en bancarrota el responsable de este error de la industria automotriz.
Peel P-50
Se ganó el premio del Libro Guinness de los Récords al auto más pequeño del mundo. Una miniatura que parecía un chiste: apenas 59 kilos y 1,34 metros de largo para el Peel P-50, un vehículo que sobrevivió de 1962 hasta 1965 por Peel Engineering Company. Tres ruedas, una estructura visiblemente endeble, un motor de 49 cc y 4,5 CV capaz de llevar al miniauto a los 60 kilómetros por hora. Hace apenas cinco años, un grupo de inversores rindió tributo a esta reliquia pop británica con una producción de 50 unidades.
Electra Meccanica Solo
No es un auto cortado a la mitad, aunque lo parezca. Una versión actualizada del Reliant Robin, urbano, eléctrico y moderno de un fabricante canadiense que hizo de este chiche un auto de verdad. Sus prestaciones, sin embargo, son bastante decentes: 160 kilómetros de autonomía, seis horas de carga, un peso de 450 kilos, 82 CV de potencia, una aceleración 0 a 100 en ocho segundos y una velocidad máxima limitada a 130 kilómetros por hora.
Aston Martin Lagonda
El desliz de una marca que pretende ser referencia en concepto de lujo, sobriedad, estilo y elegancia. El Lagonda desechó la filosofía de Aston Martin con un modelo desproporcionado. Que incluso presentaba errores en los sistemas electrónicos. La compañía reeditó este clásico de los setenta con versiones más acordes a su prestancia y calidez.
LEA MÁS:
Los concept car del pasado: cómo imaginó la industria a los autos del presente