El Rinspeed Oasis es pura imaginación. Fue concebido sobre la idea de un auto multifunción, que ejerza con eficiencia el transporte de personas en un tiempo y espacio compatible a otros menesteres. El auto, futurista, pretende recrear en simultáneo un tercer espacio donde invertir la valía de las horas. Por eso las plantas, por eso el climatizador, por eso el sofá, la televisión, la mesa, por eso la conectividad, la tecnología, por eso la realidad virtual.
El auto no es más que un concept car producto del visionario suizo Frank M. Rinderknecht, propietario y fundador de la firma Rinspeed, encargado de pensar ingeniosos, excéntricos e irreales prototipos. Su última creación, el Oasis, es la materialización a escala de una idea loca, un producto fáctico de la imaginación. Se presentará el año próximo en el Consumer Electronic Show (CES) de Las Vegas, la feria de electrónica más importante del mundo, con la misión de reproducir expectativas en el nuevo paradigma de la automoción.
Recoge las tecnologías, las utilidades presentes adaptadas a la movilidad del futuro. Pueden compartirlos varios propietarios, su conducción es completamente autónoma, integra una red de conexión con el resto de los vehículos y con la infraestructura lo que podría evitar situaciones potencialmente peligrosas y optimizaría el tiempo de traslado. El auto será un gran smartphone: recibirá notificaciones y recomendaciones de interés de Facebook, podrá realizar videollamadas por Skype con traductor en simultáneo, controlar la temperatura del hogar, entre otras funciones.
Su interior simula las veces de una sala de estar. El urbano biplaza presenta dos sofá para gozar de un parabrisas con realidad aumentada que actúa como un head up display enorme, una pantalla panorámica que a lo largo del tablero notifica informaciones relativas a la conducción, entretenimiento para el pasajero o que en modo autónomo puede servir como una pantalla de cine curva con resolución 5K controlada por gestos. El volante rota para convertirse en una mesa. Un espacio dedicado a cultivar flores y plantas. Un baúl capaz de conservar la temperatura de una bebida frío o una comida caliente.
Proyectar imágenes o sonidos hacia el exterior. Retirar compras online gestionadas por el smartphone del usuario. Ser utilizado por otro conductor en un nuevo modo de entender el car-sharing. Girar sobre su propio eje para facilitar las maniobras en espacios reducidos con un radio de cero grados. Las bondades del Rinspeed Oasis son infinitas y variopintas, y aspiran proponer soluciones de movilidad.
Frank M. Rinderknecht dijo que el diseño está inspirado en R2D2, el famoso robot de La Guerra de Las Galaxias. Pinta futurista tiene de sobra, su sistema de propulsión emplea dos motores eléctricos de 45 kW, alimentos por una batería de polímero de litio con 12 kWh de capacidad. De velocidad máxima alcanza los 30 kilómetros por hora, de aceleración llega a los 100 kilómetros por hora en 9,7 segundos y de autonomía se queda en apenas cien kilómetros por carga. El Oasis es un compendio de la tecnología aplicada al automóvil, con alguna frivolidad para hacer de este concept car uno de los más creativos de los vehículos autónomos.
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