La nostalgia es un recurso, casi que una actitud. La industria automotriz recurre a sus efectos para rememorar viejas glorias del ayer, reacondicionarlas al presente y rememorar así su identidad, su influencia. En un tiempo en el que la automoción vira hacia un futuro sustentable, ecológico, de compromiso ambiental con las generaciones venideras, hay un nicho que sostiene el más puro romanticismo por el motor y el ruido.
Fabricantes boutique de vehículos promotores de sensaciones. Oferta multisensorial de una gama de modelos artesanales, exclusivos, karts para adultos, auténticas obras de ingeniería pensadas para conductores audaces, concebidas para el disfrute, el goce y la diversión en solitario. Son modelos que prescinden de confort, de tecnología, de equipamiento, cargan solo con lo indispensable. Y que lo indispensable soporte poco peso, un valor fundamental para optimizar el rendimiento: menos kilos, más potencia, calidad de altas prestaciones. La apuesta por una conducción ágil supone materiales ligeros y resistentes -aluminio, fibra de carbono o titanio-.
Ausencias de carrocería, de techo, de puertas, de parabrisas libera la estructura a la vista. La exposición duplicada por la velocidad sugiere el uso de casco (obligatorio o no) y gafas de protección al viento. Aunque estén homologados para una circulación convencional, fueron diseñados para conducir en circuitos y rutas. La razón es también parte de su esencia: su altura libre al suelo es ínfima por motivos aerodinámicos, su radio de giro, su estricta dirección sacrifica benevolencia para maniobrar a bajas velocidades. Con potencias superiores a los 200 CV, con aceleraciones de 0 a 100 kilómetros por hora en torno a los tres segundos, estos deportivos boutique echan frente a los hypercars de grandes fabricantes. Autos con actitud, hechos para románticos del motor.
BAC Mono
Un joven fabricante promovió en 2011 el prototipo de un monoplaza de competición para calle. Es una de las propuestas más radicales de estos deportivos para aficionados a la conducción. Simula ser un bólido de carrera pero homologado para circular por carretera. Su peso de apenas 550 kilos se debe a que el BAC Mono es el primer auto del mundo en usar grafeno en su carrocería. Con 305 caballos de potencia en un motor de 2.5 litros permite realizar el sprint de 0 a 100 en 2,8 segundos y desarrollar una velocidad máxima de 275 kilómetros por hora.
KTM X-Bow
Un modelo rupturista: la primera y audaz incursión de KTM en los autos. La marca austríaca extendió su influencia por fuera del mundo de las motos del segmento off-road. Desde 2008, la X-Bow evolucionó hasta dar origen a una gama con tres versiones disponibles. Dos -la R y la RR- que apuestan por un formato clásico de biplaza con motor central trasero y tracción trasera con prestaciones de hasta 350 CV, chasis construido en fibra de carbono, y la variable más reciente y ocurrente: el GT, un deportivo que estrecha lazos con el confort mediante parabrisas o cristales laterales y un techo de plástico como equipamiento disponible.
Polaris Slingshot
Algo diferente: una mixtura, una transición interrumpida entre una moto y un auto, un trike, un vehículo de tres ruedas. Bien puede ser una moto porque la rueda trasera obliga a llevar casco, o bien puede ser un auto porque la forma de conducción es a través de un volante. El motor General Motors de 2.4 litros Ecotec del pintoresco Slingshot envía toda la potencia (176 CV) al eje trasero a través de un cambio manual de cinco velocidad. Su carrocería está fabricada en polímero para garantizar un peso de 771 kilos en sus casi cuatro metros de largo. Construido especialmente para ganar eficiencia en curvas, también incluye como medida de seguridad un arco antivuelco.
Ariel Atom
Fabricante pionero de este peculiar grupo de autos. Ariel Atom Company nació en 2003, en Inglaterra, como casa matriz de automóviles exhibicionistas, carente de diseño y de confort a costas de la funcionalidad. "Sin puertas, sin techo, sin lunas, sin compromisos", es uno de sus eslogans. Su principio, el que repite sus ingenieros, reza: "Si no es imprescindible, no está". Su estructura tubular simula un exoesqueleto que no esconde nada. Presume de altas prestaciones, pero con una mecánica aparentemente modesta. Un motor 2.0 i-VETC de origen Honda concede una potencia de 245 CV y un par máximo de 210 Nm. Asociado a una caja de cambios de seis velocidades, acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en 3,12 segundos y alcanza de velocidad punta los 233 kilómetros por hora. Todo a cielo abierto, a centímetros del suelo: salvaje.
Caterham Seven
Nació hace casi 70 años como versión modificada de la tercera generación del Lotus Seven, aunque con una baja predominancia en el mercado. Más moderado, menos radical, Caterham supone de todos modos una oferta en conducción que pregona la diversión y la adrenalina basada en su ligereza. Dispone de una gama de diez opciones, desde una con motor Suzuki de 80 CV hasta una creación de lujo realizada en colaboración con los prestigiosos almacenes Harrods.
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