Por ejemplo. En el estado de Georgia, en Estados Unidos, está permitido escupir desde un camión pero es punible de sanciones hacerlo desde un auto convencional. De curiosidades está hecho el mundo. Las normas de tránsito son creaciones que obedecen a lineamientos culturales propios de cada región. En esa diversidad de interpretaciones, de filosofías, de jurisprudencias radica la singularidad de este fenómeno.
Son leyes bizarras, raras, exóticas, que se explican únicamente en el contexto autóctono. Las concepciones sociales de cada país albergan y contemplan permisos y restricciones como las de Georgia. Representan conductas viales que remiten a experiencias pintorescas, efectos del placer de viajar. Es popular ya la transformación de que en el Reino Unido se conduce de modo inverso, pero hay normativas, legislaciones y comportamientos de tránsito que son motivo de sanción en países repartidos por el mundo. Algunas curiosas, extravagantes, que simulan integrar el orden natural de las cosas pero que en el común de la gente, de los visitantes, son desconocidas.
Los escenarios son por demás variopintos. En Alemania se puede conducir desnudo; en Tailandia no. En Alemania se puede conducir descalzo, pero en caso de accidentes el hecho de haber intervenido en un siniestro sin calzado puede derivar en suspensiones de cláusulas de cobertura de seguro. En Chipre está prohibido beber agua al volante. Y en Inglaterra, después de haber consumido suficiente líquido, es legal estacionar en la banquina para orinar aunque con condiciones de uso: deben hacerlo con la mano derecha apoyada en el vehículo y cerca de las ruedas trasera. En las banquinas alemanas, son sancionables los casos en los que los conductores deban detenerse por falta de combustible.
Los pasajeros que viajen en un auto conducido por una persona bajo influencia del alcohol también serán castigados. En Japón, en donde salpicar con agua a un peatón por cruzar un charco corresponde una multa de 65 dólares, interpretan que también es punible la responsabilidad de subirse al vehículo de alguien que ha bebido. En Francia, por su parte, los conductores están obligados a llevar un alcoholímetro en el interior del auto.
Las leyes rusas habilitan a sancionar a las personas que conduzcan autos sucios. Mientras que en la ciudad de San Francisco, en California, Estados Unidos, es ilegal limpiar, lustrar, secar el vehículo con ropa interior usada. En ese mismo estado está prohibido saltar de un auto en movimiento que circule a más de cien kilómetros por hora. Para legislaciones libradas de cualquier deducción lógica, las estadounidenses son las más inusuales. En Florida, un elefante atado a un parquímetro debe pagar estacionamiento y la penalidad por atropellar a un peatón es de 78 dólares. En Minnesota está permitido viajar acompañado por un gorila en el asiento del copiloto, pero será castigado con multa llevar al primate en los asientos traseros. En Alaska, alguien habrá transportado a su perro atado en el techo del auto, por lo que a partir de ese suceso la justicia redactó una ley que prohíbe tal maltrato. Misma reglamentación que penaliza a un conductor en Alabama por manejar con los ojos vendados. Son normas que sentaron precedentes como reacción a acontecimientos inéditos.
Los daneses tienen la obligación de chequear antes de arrancar que bajo su auto no hubiera alguien "descansando". Caso contrario: serán sancionados. Los croatas y los griegos no pueden llevar transportar tanques de combustible a bordo. Los suizos y los españoles que usen anteojos deben llevar siempre gafas de repuesto en el interior del vehículo si es que no quieren ser multados. Por citar otros ejemplos.
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