BMW elevó los confines de la dimensión automotriz hacia una multiplicidad de espacios. Transfirió sus recursos, su influencia, sus efectos a un plano más sensible y antagónico al nicho industrial de su orígenes. Hablar de velocidad, motor, eficiencia, vanguardia sería reducir el impacto multifacético de la compañía germana. Su participación en más de cien convenciones culturales alrededor del mundo sostuvieron su intervención en el costado artístico: un don sentimental que lo distancia del resto de sus competidores.
Fundó la división de "Art Cars", una excusa para institucionalizar su compromiso con el arte. Los autos se convierten en lienzos: diversos artistas de reconocimiento mundial confunden los trazos de su pincel sobre el papel, sobre el BMW. Se vuelven obras de arte en movimiento. Y en constante crecimiento. Sin una temporalidad establecida, es una evolución constante de intervenciones emblemáticas, emocionantes, pintorescas, respaldadas por la popularidad de los artistas invitados.
Es un programa que acumula más de cuatro décadas de consagraciones. En 1975, un BMW 3.0 CSL pintado por Alexander Calder se presentaba en la grilla de partida de las 24 horas del circuito de LeMans, marcando el comienzo de la "Art Car Collection". El cráneo que ideó esta tendencia fue Hervé Poulain, piloto francés y entusiasta del arte, quien le solicitó al artista que desplegara su talento creativo sobre su auto de carrera. Su rendimiento en la competición quedó eclipsado por una iniciativa inspiradora que combinó a los amantes del motor con los más sofisticados apasionados por el arte.
Esta conversión abrió los caminos para relacionar la industria de la competición con movimientos de índole cultural. Desde aquellos años, transformar autos en obras de arte se incorporó en la agenda de la compañía con intervalos irregulares, ausente de cualquier planificación. "Los BMW Art Cars producen un emocionante punto de encuentro entre coche, tecnología, diseño, arte y deporte del motor", reflejó Maximilian Schöberl, Vicepresidente Sénior de Asuntos Corporativos y Gubernamentales de BMW Group.
Las obras de arte sobre ruedas son un elemento esencial y característico del compromiso cultural global de la firma. Artistas como Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Giacomo Balla, Esther Mahlangu y Jeff Koons participaron en la coronación de un espacio artístico y automovilístico, que concibió creaciones únicas, tan llamativas como simpáticas.
Roy Lichtenstein BMW 320i
El BMW 320 Group 5 personalizado por Roy Lichtenstein es uno de los más recordados art cars de BMW. El responsable de la obra entregó las razones de su diseño: "Quería que las líneas que pinté sea una pintura de la carretera que muestra el coche hacia dónde ir". El artista, quien recreó esta pintura en 1977, es considerado uno de los fundadores del arte pop estadounidense, uno de las figuras más destacadas del estilo comic neoyorquino.
El modelo tuvo dos celebraciones: como obra de arte en el Centro Pompidou en París y como bólido de competición en la carrera de 24 horas de LeMans en junio de 1977. El auto, pilotado por Hervé Poulain y Marcel Mignot con el número 50, consiguió el noveno puesto en la clasificación general y terminó primero en su clase.
Andy Warhol BMW M1
Una de las creaciones más extraordinarias del departamento de arte de BMW. Estuvo inspirada en la velocidad: el vehículo se vuelve difuso cuando adquiere movilidad. La quinta esencia del arte pop tradujo su creación en palabras: "He tratado de dar una representación en vida de la velocidad. Si un auto es muy rápido, todos los contornos y colores se vuelven borrosos". Realizó el modelo a escala y con la cooperación de sus ayudantes, a mano alzada Andy Warhol pintó completo el BMW M1 en 1979.
Famoso por sus retratos de celebridades y las pinturas de objetos triviales, el modelo del legendario artista se utilizó por única vez en la carrera de 24 horas de Le Mans. El M1 diseñado por Warhol comenzó en la parrilla con el número 76 y fue conducido por el alemán Manfred Winkelhock y por los franceses Hervé Poulain y Marcel Mignot. Alcanzaron un sexto lugar en la clasificación general y en segundo lugar en su clase.
Sandro Chia BMW Touring Racer
El auto de las mil caras. El artista comenzó a pintar caras, a pintar caras sobre caras y a llenar de colores toda la carrocería. "El auto es el centro de atracción. La gente mira a él. Este coche refleja esas miradas", cerró Sandro Chia al comentar sobre su trabajo. El diseño se emplazó sobre la berlina BMW Serie 3 en 1992.
El creador del modelo icónico nació en la renacentista ciudad de Florencia, Italia, rodeado por un mundo en el que aprendió a gestar un enfoque lúdico y empático hacia las bellas artes. Sus exposiciones lo catapultaron a convertirse en uno de los más significativos personajes de la transvanguardia italiana. Quien se autodefinine como un neo-expresionista, el BMW presume de una potencia de 370 CV y de una velocidad máxima de 300 kilómetros por hora.
Jeff Koons BMW M3GT2
Como parte de su proceso creativo, el artista recogió retazos de los autos de carreras, gráficos vinculantes, tonalidades vibrantes, la velocidad y la adrenalina. La obra final de colores brillantes es evocadora de la dinámica, el movimiento y la energía de ruptura. El art car simula un impacto visual de grandes dimensiones y al radicar su fecha de realización en 2010 se diferenció de sus competidores con un diseño más contemporáneo y realista.
Jeff Koons es uno de los artistas más reconocidos de los últimos tiempos. Las obras del nacido en York, Pennsylvania, se encuentran en numerosas colecciones públicas norteamericanas, incluyendo el Museo de Arte Moderno, Whitney Museum of American Art, el Museo Guggenheim y The National Gallery. El auto, con el número 79, compitió en las 24 horas de LeMans a fines de la década pasada.
Giacomo Balla BMW i8 Futurism Edition
Un homenaje a los 50 años de la firma alemana en territorio italiano. Los colores hipnóticos se destacan en una creación en la que fluyen la veta artística Giacomo Balla con el ícono de la movilidad futura de la firma automotriz. Hay futurismo en cada rincón del vehículo: desde sus componente visual hasta sus elementos mecánicos.
BMW Italia y Garage Italia Customs diseñaron de modo mancomunado un auto que asimila el más puro arte impresionista en el cuerpo del deportivo híbrido que proyecta la compañía germana para ser su insignia del futuro. El lienzo "Lampada ad Arco" de Giacomo Balla sirvió de inspiración para decorar la unidad. Este BMW i8 Futurism Edition es una acabada definición de su intención por afiliar el arte posmoderno a los autos del mañana.
Esther Mahlangu BMW Serie 7 Individual
La artista sudafricana Esther Mahlangu llevó al extremo sus habilidades para imprimirle un sabor étnico al icónico modelo de BMW. La artesana, de 81 años de edad decoró paneles interiores de madera -dispuestos por las mismas autoridades de la compañía- con motivos característicos del arte Ndebele. Dicha tribu emplea esta iconografía como forma de comunicación con la comunidad y para decorar sus casas, de acuerdo a la época del año y según las circunstancias familiares.
Se trata de uno de los art cars más introvertidos y mesurados, con la intervención artística sólo en el interior del auto. El modelo tiene fines benéficos: será expuesto en la Feria de Arte de Frieze, en Londres, para luego someterse a una subasta que pretende financiar proyectos juveniles de expresión artística. Mahlangu ya había diseñado un art car en 1991 sobre un BMW Serie 5, convirtiéndose en la primera artista femenina en firmar uno de estos carismáticos vehículos.