Ford Motor Company volvió a Le Mans. Reescribió la historia de esta mítica competición de resistencia con una reinterpretación moderna del mítico GT40. Su Ford GT recuperó la gloria de antaño: revalidó la corona en el cumpleaños 50 años de su última conquista con las 24 horas en la pista de La Sarthe. Y como homenaje y celebración, diseñó un prototipo del modelo campeón con 40 mil piezas de Lego.
Los expertos certifican que Le Mans es la competición más difícil del mundo. Un día entero de carrera sobre un mismo vehículo con una rotación de tres conductores y cuatro categorías la coronan como la más antigua que se registre de los deportes vigentes que encuadren a competiciones de resistencia. Un auténtico desafío para cualquier automotriz que quiera encumbrar sus creaciones bajo el cielo francés de Le Mans.
Se utilizaron 40.000 piezas de Lego
Ford y su GT superaron una prueba de templanza, fortaleza, vigor. Con la fuerza de su modelo de gran turismo colocó tres autos entre los primeros cuatro puestos de la categoría con el aliciente de haber significado su regreso al prestigioso circuito medio siglo después de su primera coronación. Y con un nexo histórico aún más potente: el Ford GT nació por y para Le Mans. Henry Ford II ideó un coche carismático y funcional para destronar la influencia de Ferrari en el automovilismo de la década del 60.
La maqueta que honra al campeón demandó mucho más de 24 horas de trabajo. Durante tres semanas, 40 mil piezas se combinaron para recrear con una fidelidad inaudita el aspecto del coche de carreras. A un tercio de su escala real, el artista Pascal Lenhard ha necesitado grandes dosis de paciencia, una guía de impresión de planes en 3D y sobrada técnica para emular las líneas, las tonalidades, el limpiaparabrisas, los números, los logos de las marcas que simulan de la manera más fidedigna posible al GT de la firma del óvalo.
Poco más de 40 kilos pesó el Ford de Lego. En la elección previa a la competición, se eligió al modelo que llevó el número #66 para replicar en versión de piezas minúsculas. El #66 fue el primer año en que Ford ganó en Le Mans. Los cuatro GT que estuvieron presentes en la competición, en las filas de la escudería Ford Chip Ganassi Racing, llevaron las dorsales 66, 67, 68 y 69, en conmemoración de las cuatro victorias de la compañía en Le Mans en los años 1966, 1967, 1968 y 1969.
El ganador fue el Ford GT #68, pilotado por el americano Joey Hand, el alemán Dirk Müller y el francés Sébastien Bourdais, quien recibiera la bandera de campeón de la categoría GTE Pro superando en la hora 20 de carrera a la Ferrari #82. Bill Ford, presidente de la compañía automotriz, no ocultó su fascinación por la victoria conseguida: "Este es un momento histórico para Ford. Nos atrevimos a soñar que podíamos volver a Le Mans 50 años después de la increíble victoria de 1966 y lo conseguimos. El orgullo que sentimos cuando el Ford GT cruzó la línea en Le Mans es indescriptible. El equipo demostró el espíritu de Ford en términos de innovación, determinación y verdadero trabajo grupal".