Elliot Ferguson es director ejecutivo de Destination DC y se dedica al turismo en la capital de los Estados Unidos. Algo sabe sobre los hoteles. Y cuando viaja, una de las primeras cosas que busca es un buen gimnasio.
"Antes de ir físicamente a mi habitación, paso por el gym para evaluar lo que tienen y averiguar qué es lo que puedo hacer", explica Ferguson. "Algunos hoteles ofrecen yoga y ciclismo o, al menos, te dan acceso a centros que ofrecen ese servicio en Washington. Eso hace la gran diferencia cuando la gente está viendo dónde se va a quedar", añade.
Un número creciente de hoteles hace que el ejercicio sea más accesible a sus clientes al instalar máquinas de fitness en las habitaciones.
Recientemente, el Hilton McLean en Virginia se convirtió en uno de los dos hoteles de la cadena que ofrece el servicio Five Feet to Fitness en los cuartos, con once piezas de equipamiento y accesorios para ejercicios. Incluye una bicicleta Wattbike y un Gym Rax, una estación de entrenamiento que permite a los huéspedes hacer deporte. La atracción principal es la pantalla táctil con más de 200 videos, tutoriales sobre el equipo, ejercicios de ciclismo, entrenamiento de alta intensidad y clases de yoga.
Los comentarios de los clientes impulsado a que Hilton construyera este tipo de habitaciones, que cuestan entre USD 45 a USD 90 más por noche que las habitaciones estándar. Aproximadamente, entre el 10% y el 15% de los huéspedes utilizan el gimnasio, y el 25% ha mostrado interés en tener una opción de esas características en la habitación, explicó Ryan Crabbe, director de bienestar global de Hilton. En ese sentido, citó un informe de la Facultad de Administración de Hoteles de la Universidad de Cornell, que apunta que "el 46% de los huéspedes pretenden utilizar el gimnasio durante su estancia, aunque solo el 22% acaba haciéndolo".
"Los centros de acondicionamiento físico seguirán siendo importantes y creo en estos lugares de actividad para los viajeros amantes del deporte", manifestó Crabbe. "Tenemos muchos clientes que nos han dicho que tener un centro de fitness en la habitación les resultaría muy cómodo", señaló.
El Ritz-Carlton de Georgetown reabrió su centro de spa y fitness en abril después de una renovación de USD 1,5 millones, que dejó 13 habitaciones con servicio de spa incorporado. Tienen un costo de USD 65 a USD 100 más por noche e incluyen una bola de pilates, una estera de yoga, aromaterapia y una máquina de sonidos.
"Algunas de esas habitaciones son más grandes que las estándar: nos aseguramos de que haya suficiente espacio para que se pueda hacer un entrenamiento básico y utilizar el equipo", afirmó Marcus Loevenforst, gerente general del hotel.
Kimpton Hotels & Restaurants también ofrece esteras de yoga Gaiam en cada habitación además de programación de TV con sesiones de yoga o pilates. Hay un servicio gratuito en el que el personal del hotel ofrece agua, frutas frescas y nueces.
El hotel Topaz de Kimpton no tiene un gimnasio comunitario pero, desde 2001, ofrece salas de fitness equipadas con un entrenador elíptico, una cinta y una bicicleta. Ese servicio supone un costo adicional de USD 25 a USD 30, según datos de Ben Timashenka, vicepresidente regional de Kimpton.
Danielle Young, de 32 años y original de San Mateo, California, cambió su reserva cuando Westin Hotels & Resorts, que forma parte de Marriott International, anunció su alianza con Peloton, un proveedor de bicicletas de interior que incorporan pantallas para hacer clases en streaming, en tiempo real, o bajo demanda. El acuerdo permitió colocar bicicletas en 32 hoteles de la cadena.
"Literalmente me bajé del avión y me fui directamente al gimnasio", comentó Young sobre el hotel Westin Michigan Avenue de Chicago, donde se quedó por un viaje de negocios.
Ella es una ávida usuaria de Peloton desde 2014 y viaja entre dos y tres semanas cada mes. "Priorizo mi condición física cuando viajo, porque es algo muy importante para mí", relató Young.