Los años de adolescencia puede ser duros, marcados por cambios físicos y emocionales, con nuevas opciones y responsabilidades, y la evolución de las relaciones con las personas que nos rodean. Pero un informe muestra que las hormonas no son lo único que preocupa a los jóvenes. Ellos se muestran cada vez más incapaces de identificar su angustia y dolor. Estos resultados tienen serias implicaciones para aquellos que se preocupan por los niños.
Una informe que, desde 2012, ha recogido una muestra de más de 830,000 llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos y chats recibidos por el servicio telefónico de Boys Town ha puesto de manifiesto una clara tendencia: los adolescentes están luchando, más que nunca, contra la ansiedad, la depresión y los pensamientos de suicidio. La angustia mental está presente entre los adolescentes que contactaron a esa línea directa ha aumentado un 12 por ciento en los últimos cinco años.
Hay un doble hallazgo en eso: alentador y preocupante.
Es indudablemente positivo que más jóvenes busquen ayuda cuando se sienten tristes o preocupados. Es importante que sepan que si están ansiosos o deprimidos tienen a un profesional capacitado que les puede atender con una simple llamada. Gracias a la opción de chats y mensajería de texto, estos jóvenes tienen más opciones para poder llegar a ellos.
Por otra parte, es preocupante que los jóvenes no sean capaces de expresar la causa de su dolor mental, mientras que hace cinco años ellos eran capaces de atribuir su angustia a los problemas con la familia, los amigos o las relaciones románticas. El aumento del ritmo de vida crea más estrés para los niños y les deja menos tiempo para que puedan enfrentarse a ese tipo de situaciones. La tecnología ha proporcionado valiosas herramientas para recopilar la información y conectarse, pero a expensas de otra conexión muy importante: la conexión con la familia.
Muchos niños y padres han sido capaces de navegar por este terreno mediante el ajuste horario, pero los jóvenes están predispuestos a la ansiedad y a los problemas de salud mental y ahora, más que nunca, están luchando contra ello.
Los adolescentes encuentran su propósito a través de las relaciones. En un mundo mucho más ocupado, se sienten menos conectados con sus familiares y amigos. Por eso, los problemas de salud mental incrementan. Para hacer las cosas aún más difíciles, el mundo sigue moviéndose muy rápidamente y este colectivo es incapaz de averiguar qué es exactamente lo que les preocupa o cómo llegar a los miembros de la familia con los que no siente mucha conexión. Lo que saben con certeza es que están ansiosos, deprimidos o algo mucho peor.
Cuando Boys Town empezó hace 100 años, los niños se enfrentaban a diferentes desafíos. Esta organización les podía ayudar a crecer para ser adultos de pleno derecho y rendimiento, muy bien formados. En la mayoría de casos, se trataba de escuchar y buscar tiempo para formar relaciones.
Pero en el ritmo de hoy en día ¿cómo podemos ayudar a los adolescentes a que entiendan exactamente por qué están luchando? Parte de la solución, al parecer, es tan simple como revolucionaria: reducir nuestro horario, guardar nuestros teléfonos y escuchar.
Cada día utilizamos esta táctica de sentido común en nuestra línea de atención a los jóvenes. Cuando la organización recibe un mensaje de texto sobre pensamientos suicidas, por ejemplo, el primer paso es animar al individuo a llamar al teléfono. Escuchar una voz y hacer una conexión personal es una situación crítica y, a menudo, eso es lo que les falta a los jóvenes.
Los padres pueden utilizar el mismo método con sus hijos adolescentes en situaciones cotidianas. Estos son algunos pasos básicos para involucrar y apoyar a los adolescentes:
Buscar señales. Los cambios en el comportamiento de tu hijo, en el estado de ánimo en el deseo general de hacer cosas. También los cambios físicos como dolores de cabeza o problemas para comer y dormir podrían ser indicadores de dolor.
Es bueno que los jóvenes sepan que está bien sentirse molesto. Ayuda a los pequeños a identificar sus sentimientos, hazles saber que la vida continuará y que podrán estudiar, reír y divertirse de nuevo.
Designa más tiempo a la familia. Organizar salidas familiares y, al menos, dos comidas por semana (sin la distracción de los dispositivos electrónicos). Construir y nutrir las relaciones personales ayuda a los jóvenes a expresarse y a saber que están siendo escuchados.
Estar ansioso y deprimido es una parte de la vida de cada adolescente. Tomar el tiempo para escuchar permite a los adultos guiar a los jóvenes a averiguar por qué y saber qué soluciones útiles necesitan.
La línea telefónica nacional de Boys Toys puede utilizarse las 24 horas, los 7 días de la semana en el 800-448-3000.