Si eres de esas personas que piensan que la industria minorista de Estados Unidos lo está haciendo bien, hay tres razones: estás viviendo bajo una roca, piensas que Amazon es un río de Sudamérica o eres un desarrollador de bienes raíces.
Desde grandes almacenes hasta cadenas de ropa, las empresas han anunciado sus planes para cerrar cientos de ubicaciones y los minoristas siguen presentando bancarrotas a un ritmo récord. Pero los constructores están invirtiendo crecientes sumas de dinero en proyectos minoristas.
En todo el país, el gasto de construcción en centros comerciales superó los USD 1,600 millones en junio, la mayor cantidad desde el 2008 y la época de la Gran Recesión. Los constructores han estado especialmente ocupados trabajando en centros comerciales, gastando USD 404 millones en abril.
Así que en un momento en que los diarios están plagados con noticias sobre cierres de tiendas y cómo Internet está matando, poco a poco, cualquier experiencia que implique estacionamientos, salas de montaje o cajas registradoras ¿por qué en la Tierra todavía estamos construyendo más espacio comercial?
En primer lugar, vale la pena señalar que esto no es una dinámica completamente nueva. Durante las últimas dos décadas, el desarrollo del comercio al por menor ha superado el crecimiento de la población en la mayoría de las grandes áreas metropolitanas. Esto se debe en parte a la excesiva exuberancia y en parte a la evolución de la demanda y la competencia de los consumidores. Las tiendas de grandes dimensiones como Best Buy o Bed Bath & Beyond se situaban en los llamados centro de poder, incrementaban su presencia y evitaban que sus clientes compraran las sábanas y los televisores de pantalla grande en los grandes almacenes tradicionales.
Recientemente, los propietarios de los centros comerciales han estado invirtiendo en la renovación de sus propiedades para atraer más clientes. Eso, a menudo, significa demoler el espacio excesivo y hacer mejoras para la creación de espacio para restaurantes y otras atracciones. Todo ello en un último esfuerzo para prolongar la vida del "ladrillo y el mortero" en el sector del por menor.
"La principal consideración es la inversión en la renovación. Aquellos servicios que no pueden ser replicados a través de Internet, como una cena o una juego de bolos, están impulsando la inversión en el reposicionamiento de los centros comerciales", comentó Sam Chandan, presidente de Chandan Economics.
Hay otros factores que explican los altos precios de estas construcciones. Existe un creciente interés por construir cerca de los centros urbanos. Eso podría inflar los costos de producción ya que forzaría a los desarrolladores a pagar más por mano de obra y tierra.
Aquellos mercados que están prosperando hoy en día no tienen suficiente venta al por menor y las áreas que, antiguamente, acogían los centros comerciales décadas atrás ya no ofrecen a los minoristas las mismas oportunidades.
El gasto de construcción a corto plazo en los centros comerciales hacer recordar una cosa: a medida que las tiendas convencionales pierden fuelle y las tiendas cibernéticas ganan fuerza, el ladrillo y el mortero no va a desaparecer de una vez.