A los gatos les gusta más estar con gente que comer o jugar con objetos

Por Karin Brulliard

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De qué modo los gatos se convirtieron en nuestras mascotas es todavía un poco misterioso, pero la idea general es que fue decisión de ellos. Los gatos pensaron que los almacenajes de granos de los primeros agricultores atraían a los roedores, y comenzaron a rondarlos para conseguir comida fácilmente. Para las personas el servicio de exterminación fue útil, y a algunas los pequeños felinos peludos les parecieron encantadores. A los gatos, fanáticos del calor y de los lugares blandos para dormir, todo esto les resultó muy conveniente.

El mensaje es que los gatos —solitarios, distantes, depredadores— se relacionan con nosotros solamente por ellos mismos.

La especialista Krysten Vitale Shreve en pleno estudio de la conducta de los gatos. (maueyes.com)
La especialista Krysten Vitale Shreve en pleno estudio de la conducta de los gatos. (maueyes.com)

Kristyn Vitale Shreve no lo cree. Ella les enseña a jugar a los gatos en clases de socialización. Le enseña a la gente a entrenar a sus gatitos para que se sienten, se paren y hagan gracias. Ella piensa que lo que los gatos quieren es, en fin, complicado.

Así que Vitale Shreve, una estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Oregon, decidió estudiar los gustos de los gatos formalmente. Primero ella y sus colegas hicieron que 55 gatos —una mezcla de animales de refugio y mascotas— eligieran una de tres opciones de comida, juguetes, aromas y clases de interacción con los humanos (hablar, ser acariciados o jugar con una persona que sostuviera un juguete con plumas). Luego le dio a cada gato sus opciones favoritas y observó qué pasaba.

(iStock)
(iStock)

Los resultados de esta observación de gatos —que, dato importante, no habían comido en dos horas y media— pueden cambiar drásticamente las ideas sobre los deseos felinos. La mitad prefirió socializar con personas, y el grupo incluía a gatos de refugios que no tenían una relación con quien los examinaba. La comida no venía muy atrás. Cuatro gatos prefirieron los juguetes y sólo uno un excéntrico, la hierba gatera.

"He trabajado mucho con gatos", dijo Vitale Shreve. "No me sorprende ver que son sociables. Nunca los vi como antisociales".

Mientras que sus resultados pueden parecerle asombrosos a la mayoría, más asombroso es en realidad que se haya hecho tal estudio. La ciencia sobre cómo piensan los perros y cuán inteligentes son florece tanto que varias universidades tienen laboratorios dedicados al conocimiento canino. Pero aunque en los hogares estadounidenses viven más gatos que perros, no existe un laboratorio semejante dedicado a los felinos.

Otro de los estudios de Krystin Vitale Shreve, que se detallan en su web. (maueyes.com)
Otro de los estudios de Krystin Vitale Shreve, que se detallan en su web. (maueyes.com)

Si se le pregunta a los investigadores de perros por qué no hay laboratorios sobre cognición felina, por lo general sueltan una risita y dicen lo mismo: los gatos son sujetos terriblemente poco cooperadores.

Veamos un estudio llamativo publicado el año pasado, en el que se utilizaron imágenes cerebrales para concluir que los perros procesan el habla humana del mismo modo que nosotros, con una combinación de tono y palabras para determinar el significado. Los investigadores entrenaron a los perros para que se quedaran completamente quietos dentro de un resonador magnético durante ocho minutos. Tratemos de imaginar cómo sería conseguir que un gato hiciera eso.

Acaso más que estar con gente les guste cazar. (iStock)
Acaso más que estar con gente les guste cazar. (iStock)

Pero Vitale Shreve, quien sueña con fundar el primer laboratorio de conocimiento gatuno, dice que comparar a los gatos con los perros, tan bien estudiados, "ha causado en parte el estancamiento de este campo". Ella modificó su test de preferencias para que fuera más amigable para los gatos —más breve y con menos manipulación— que lo que se suele usar con los perros.

"Si uno tiene problemas para medir el comportamiento de las especies, es probable que el problema no sea la especie", dijo. "Es la metodología".

 

Desde luego, algunos de los gatos no quisieron saber nada del estudio. Cinco no terminaron las pruebas "por comportamiento nervioso (se escondieron, temblaban o tenían las pupilas dilatadas)", escribieron Vitale Shreve y sus colegas en el ensayo que salió en la publicación Behavioural Processes. Otros seis las terminaron pero levantaron la nariz tras cada elección.

El gato Rufus, reconocido por sus habilidades para hacer trucos.
El gato Rufus, reconocido por sus habilidades para hacer trucos.

John Bradshaw, un biólogo británico que fundó el Instituto de Antrozoología en la Universidad de Bristol, dice que es cierto que los gatos son entrenables: de hecho, es coautor de un libro reciente sobre el tema. Pero, dijo, "hay que llevarlos al estado de ánimo adecuado".

Un asunto mayor es que existen muchos más usos prácticos para el entrenamiento de perros y la comprensión de cómo aprenden. "Claro que es posible entrenar a los gatos para que estén relajados en un ambiente experimental", dijo Bradshaw. "Pero dado que lleva más tiempo que hacerlo con un perro y hay menos usos, ¿por qué alguien lo haría? Creo que es una pena".

Bradshaw tiene una objeción nimia al estudio de Vitale Shreve. Dice que los gatos que prefieren interactuar con gente y con el juguete emplumado deberían clasificarse como gatos que quieren jugar con algo que se mueve, no como interacción social. "

Snow también demuestra la inteligencia felina, con el juego de memoria llamado “Shell game”.
Snow también demuestra la inteligencia felina, con el juego de memoria llamado “Shell game”.

Por ahora, la clave para los dueños de gatos es que acaso necesiten un poco más de investigación para saber si a sus mascotas las motivan más las galletas para gatos o la hierba gatera, dijo Vitale Shreve, quien está realizando más estudios sobre pensamiento y comportamientos gatuno.

Dennis Turner, antiguo investigador de los gatos que hoy dirige en Suiza el Instituto de Etología y Psicología Animal Aplicadas, dijo que tiene confianza en que habrá un boom de investigación felina. Una vez, observó los científicos que estudiaban el conocimiento animal se concentraban sólo en los primates. Luego algunos se dieron cuenta de que los perros eran inclusive mejor que los primates en cosas como interpretar los gestos humanos.

"Espero muchos más estudios sobre las capacidades cognitivas de los gatos en el futuro cercano", dijo Turner. "Y espero que sean tan altas como las de los perros, los lobos y los primates, dado que el gato es un depredador que en estado salvaje debía tomar decisiones diarias sobre dónde y qué cazar".

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