El origen de los nombres de estas marcas de lujo

Por David Sanmartín

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‘Abra’, de Abrahamsson. Fotografía Adrián González-Cohen
‘Abra’, de Abrahamsson. Fotografía Adrián González-Cohen

A menudo, convivimos con las firmas de moda de tal forma que ni siquiera nos planteamos el verdadero motivo de su existencia y, todavía menos, de dónde surgen sus 'namings'. ¿En qué se inspiraron para llegar hasta ahí? ¿Hay realmente un significado…

Abrahamsson
En septiembre de 2016, Abrahamsson presentó Abra en el marco del Samsung EGO: una colección de 10 looks que captó la atención de todos tanto por el valor experimental de sus diseños como por la puesta en escena —en la pasarela no solo desfilaron modelos, también un holograma creado por Claudia Maté—. Sin embargo, el nombre de la firma poco tiene que ver con la vanguardia o el futuro, sino que se presenta como un guiño a sus antepasados: Abrahamsson es el apellido de la abuela de Paty —que es sueca—, y el apellido por el que siempre se ha conocido a la diseñadora desde la adolescencia.

Heridadegato o/i’17. Fotografía Alisa Calypso
Heridadegato o/i’17. Fotografía Alisa Calypso

Heridadegato
"Cuando María y yo nos conocimos, ella tarareaba mucho una canción que decía todo el rato: 'herida de gato, herida de gato, lo cojo y lo mato', del grupo lomÖnaco". Los diseñadores María Rosenfeldt y Jacobo Salvador decidieron que, si algún día lanzaban una marca, la llamarían así. A ambos les hacía mucha gracia y tenían miedo de tomarse todo el tema del naming demasiado en serio, ya que para ellos —como demuestran sus colecciones— lo que prima es la naturalidad y la honestidad. Además, Jacobo nos contó que, por motivos del destino, uno de los integrantes de lomÖnaco ha sido el encargado de maquillar a los modelos en muchas de la sesiones de fotos realizadas por la firma.

Sisyphe (no season). Fotografía Adriana Roslin
Sisyphe (no season). Fotografía Adriana Roslin

Sisyphe
La marca de Pablo López tiene su origen en el mito griego de Sísifo, un dios rebelde e inconformista. Es decir, lo que ahora calificaríamos como un "outsider". Fue estudiando Diseño en Madrid, tras acabar Economía en Málaga, cuando Pablo tuvo una revelación y se preguntó a sí mismo: "¿Qué coño hago aquí?". Entonces, encontró un libro que tenía por casa que hablaba de este mito y empezó a repensar su situación en varios aspectos. Pablo se sintió identificado con este personaje y, tras valorar sus circunstancias, llegó a una conclusión: "Que le jodan a los libros de autoayuda; la clave está en aceptar los problemas y afrontarlos. Sisyphe es la marca, pero Sisyphe también soy yo".

Chromosome Residence p/v’17. Fotografía Matías Uris
Chromosome Residence p/v’17. Fotografía Matías Uris

Chromosome Residence
Aunque su primera colección tuviese como principal inspiración la vejez, Esperanza Berrocal y Rafa Bodgar han dejado claro que su marca está lejos de parecer desfasada. "Al crear la marca, sabíamos la identidad que queríamos trasmitir, alejada de lo que ya existía. Al crear la filosofía de que la ropa no debe ir ligada con la edad de las personas que la consumen, pensamos que tenía que tener relación con lo que somos en el momento de nuestro nacimiento y nuestra muerte", confiesan los diseñadores. Chromosome Residence nace como una unión de dos identidades que parten de dos conceptos muy opuestos, pero muy relacionados entre sí: "Chromosome", o cómo nacemos, y "Residence", dónde acabamos al final de nuestras vidas.

‘Coming out’, de Jarabo. Fotografía Matías Uris
‘Coming out’, de Jarabo. Fotografía Matías Uris

Jarabo
Su última colección, Coming out, explora la cultura queer y rinde homenaje a algunos de sus teóricos más célebres, como Beatriz Preciado y Judith Butler, introduciendo sus apellidos como parte de la gráfica en las prendas. Curiosamente, es el apellido de uno de sus creadores (Miguel Jarabo), el que también debe el nombre a la marca que, junto a Antonio Buchannan, comenzó su andadura en 2009 —aunque por entonces la firma se llamaba Jarabowtie y solo se dedicaban a la confección de pajaritas—. Fue en 2015 cuando, tras un parón de casi dos años, la firma pasó a llamarse solamente Jarabo. Un apellido que comparte con uno de los primeros asesinos en serie en España. "Si el asesino [José María Jarabo] y uno de los diseñadores tienen parentesco o no, lo dejamos para nuestro archivo privado", aseguran.

Maria ke Fisherman o/i’17
Maria ke Fisherman o/i’17

Maria ke Fisherman
La historia de María Lemus y Víctor Alonso es algo así como una historia de amor underground en la que sus protagonistas se conocen en un 'after', según cuenta la propia María. Poco después, durante un Erasmus conjunto en Grecia, ya sabían que querían empezar a trabajar juntos. Muy romántico es también el propio origen del nombre de la marca, que surge de las vivencias de los diseñadores con un pescador de Creta: "Vivía en una casita frente al mar y siempre llevaba un geranio rojo en la oreja. Llevaba una vida solitaria y melancólica. Una novia se había llevado a su único hijo recién nacido de vuelta a su Londres natal. Yo me enamoré de su historia, de su geranio —siempre le llevaba uno fresco— y de él", cuenta María. Tanto que un día, contándole esta historia a unos amigos, María decoró un mantel con las palabras "María ke Fisherman" ("ke" significa "y" en griego). Cuando llegó el día de buscar nombre para su firma conjunta, fueron corriendo a buscar ese mantel.

Shoop p/v’17. Fotografía Adriana Roslin
Shoop p/v’17. Fotografía Adriana Roslin

Shoop
La influencia que la música tiene en los diseños de Miriam Sanz y Yohei Oki es algo latente y nada casual —de hecho, esa era la intención desde el principio—. Así que, cuando desde Shoop nos contaron que el nombre se debe a un tema homónimo de Salt-N-Pepa, todo cobró sentido. Esta es la prueba de que no es necesario que haya un gran concepto tras el nombre de un proyecto, ya que lo importante es que para ti tenga un valor, como ellos mismos apuntan: "El nombre en sí no significa nada en particular, pero sí es una expresión positiva, como de buena energía. Nos gustó cómo sonaba".

MANÉMANÉ p/v’17
MANÉMANÉ p/v’17

MANÉMANÉ
Aunque le echamos de menos en la pasada edición de la MBFWM, Miguel Becer ha demostrado en numerosas ocasiones que lo suyo es alejarse de las tendencias en busca de una identidad propia. Por eso, no nos extrañó demasiado que el diseñador nos contase que el nombre de la firma tuviese relación con la forma en que su hermano le llamaba de pequeño: "En vez de llamarme Miguel, me llamaba 'Mané', y le tengo mucho cariño a este nombre. Pasé mi infancia escuchando a mi hermano llamándome MANÉ, MANÉ, MANÉ, MANÉ". La idea de escoger este nombre se la debe a un profesor que una vez le dijo que, cuando creas un proyecto tan personal como tu propia firma de moda, debes tenerle mucho cariño y arraigo. Por tanto, ¿qué mejor que hacerlo rindiéndole un homenaje a tu infancia?

Campaña LITTER, de BIIS. Fotografía Adrián González-Cohen
Campaña LITTER, de BIIS. Fotografía Adrián González-Cohen

BIIS
La marca de joyería creada por Sara Lasry y Rubén Gómez convierte objetos de uso cotidiano en piezas de alta joyería. Un concepto, en principio, tan mundano como el verdadero significado del nombre de la firma. "Nos encantaba un grupo de finales de los 90 que se llamaba Biis y también la idea de algo que se repite: 12 bis para decir 13, añadir un número donde no tienes hueco con un bis, el bis de una canción o de un concierto…", nos cuenta Rubén. Sin embargo, fue su diseñador gráfico el que decidió duplicar la "i" para conseguir un bis dentro mismo del nombre. "Es una palabra sin connotaciones de género, suena bastante pop e internacionalmente funciona bien", añade.

Campaña o/i’16 de Costalamel. Fotografía Albert Ruso
Campaña o/i’16 de Costalamel. Fotografía Albert Ruso

Costalamel
Es la unión del apellido del diseñador Ernest Costa y el concepto "la mel" —una expresión que en catalán se utiliza para expresar que algo te gusta mucho—, que pasó a utilizarla para presentarse. Debido a que Costa estudió branding, desde un principio tuvo muy claro que el nombre tenía que ser algo melódico y fácil de pronunciar en otras lenguas. Además, vieron la oportunidad de crear un mundo alrededor de "lamel" como expresión típica de alguien joven y genuino. Lo que ellos definen como la Honey People sería algo así como su propio gang formado por "los niños que han sobrevivido a la edad adulta", según nos cuenta el diseñador. Ser "lamel" significa encajar en su universo; en su imaginario propio.

Publicado originalmente en VICE.com 

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