El presidente venezolano, Nicolás Maduro, aseguró este jueves que desistió de participar en la Asamblea General de Naciones Unidas porque tenía información de "posibles atentados" en su contra.
"Este año decidí no ir a la Organización de Naciones Unidas por razones de seguridad, porque tenía información de posibles atentados de sectores extremistas en Estados Unidos", afirmó el mandatario durante la inauguración de un hotel en Maracay, estado central de Aragua.
El miércoles, Maduro aseguró que la Casa Blanca dio "la orden" de asesinarlo, un día después de acusar a su homólogo estadounidense, Donald Trump, de haberlo amenazado de muerte.
Sin embargo, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, informó este jueves desde Nueva York que el jefe de Estado le encomendó gestionar una reunión con Trump.
"Me dijo: 'Si tú logras que el presidente Trump me reciba, me reúno con él'. Nosotros lo vamos a lograr, parece difícil (…). Vamos a lograr la paz entre Estados Unidos y Venezuela", dijo Arreaza en una reunión con movimientos sociales en Brooklyn, transmitida por la televisora estatal venezolana VTV.
Maduro ya había pedido formalmente conversar telefónicamente con Trump, pero éste rechazó la solicitud el 11 de agosto señalando que eso solo ocurriría "tan pronto la democracia sea restaurada" en Venezuela, según un comunicado.
Maduro aseguró este jueves que "99% de los discursos" de presidentes y cancilleres en la ONU han sido "por la paz, por el diálogo, rechazando el belicismo y las sanciones" financieras de Washington contra su gobierno.
"El gobierno de Estados Unidos se está aislando de la comunidad internacional", acotó.
El 25 de agosto, Trump prohibió transar nueva deuda emitida por el gobierno de Venezuela y la petrolera estatal PDVSA.
En su debut en la ONU, Trump definió al gobierno de Maduro como una dictadura socialista "inaceptable", y aseguró que ayudará a los venezolanos a restaurar la democracia.
Durante la Asamblea General, varios líderes como el presidente francés, Emmanuel Macron, lanzaron voces de alerta sobre la crisis del país petrolero.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó el martes que le duele la "destrucción" de la democracia en el país vecino, al tiempo que el mandatario de Brasil, Michel Temer, advirtió a Caracas que en América Latina no hay lugar "para alternativas a la democracia".
(Con información de AFP)
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