Murió otro adolescente venezolano herido por la represión de la dictadura chavista

Luis Espinoza, de 16 años, había sido alcanzado por balas de las fuerzas del régimen de Nicolás Maduro durante una protesta de la oposición en junio. La cifra de víctimas supera las 150 personas

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La Fiscalía venezolana confirmó este lunes la muerte de un adolescente venezolano hospitalizado hace más de dos meses en un hospital del este del país tras recibir un impacto de bala en una manifestación.

El joven de 15 años, identificado como Luis Guillermo Espinoza, resultó herido por arma de fuego el 5 de junio pasado en una autopista de la ciudad de Valencia y se encontraba desde entonces en la Unidad de Cuidados Intensivos de hospital Doctor Enrique Tejera de esa ciudad del norte del país, informó el Ministerio Público.

El Ministerio Público, que informó de la muerte a través de un mensaje en Twitter (desde su nueva cuenta, tras la remoción de la fiscal general Luisa Ortega), indicó que ha designado un fiscal "para investigar fallecimiento", sin embargo no precisó los detalles de la circunstancia en la que Espinoza fue herido.

Varios dirigentes de la oposición venezolana lamentaron la muerte del joven que, aseguraron, se produjo en una de las cientos de protestas que se registraron en el país durante los últimos cuatro meses y que dejaron más de un centenar de víctimas.

El dirigente del partido opositor Voluntad Popular (VP) Salvatore Lucchese aseguró que Espinoza murió tras resistir dos meses a un impacto de bala en la cara propiciado por efectivos militares.

El balance oficial de muertos en protestas se desconoce con precisión luego de que el recién designado fiscal general, Tarek William Saab, asegurara que la cifra ofrecida por su antecesora en el despacho tenía un número demasiado alto.

Hace casi dos semanas, antes de que Luisa Ortega Díaz fuera intempestivamente destituida de la cartera de la acción penal, se contabilizaban desde la Fiscalía 121 muertes, varias de ellas a manos de funcionarios de seguridad, aunque otras muertes en contexto de violencia no contabilizadas por el gobierno elevaban la cifra a más de 150.

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