En su última intervención ante el Senado de Estados Unidos, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, aseguró que "toda la estructura del Estado" venezolana "está tomada por el narcotráfico". En esa línea se pronunció, en diálogo con Infobae, el escritor y columnista, Moisés Naím, al sostener que "Venezuela pasó de ser un petroestado a ser un narcoestado".
"Venezuela, que era un petroestado, está dejando cada vez más rápido de producir petróleo, por corrupción, por falta de gerencia, y por falta de inversión (…) Mientras desciende esa producción, ha ascendido rápidamente el tráfico de narcóticos", apuntó el ex ministro venezolano de Fomento (1989-1990), durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
"Estamos pasando de un país que era un petroestado a ser un narcoestado", remarcó, al tiempo que reconoció que hay cárteles muy poderosos, adinerados e influyentes "entremezclados con las fuerzas armadas y con el gobierno".
Nicolás Maduro lleva más de cuatro años en el poder y, pese a las masivas protestas de los últimos cuatro meses, sigue adelante con la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), cuya elección convocó para este domingo 30 de julio. Sin embargo, el analista internacional sostuvo que el jefe de Estado no es quien toma las decisiones.
"Maduro es el tonto útil de fuerzas y jugadores mucho más potentes, que son los que determinan lo que sucede allí", consideró Naím. En términos de poder, indicó que las narcotraficantes "juegan un rol importantísimo" en el régimen chavista, al igual que la dictadura de Raúl Castro en Cuba. No obstante, la cúpula se encuentra divida "entre los fanáticos más extremistas, y quienes están más dispuestos a negociar con la oposición".
Maduro es el tonto útil de fuerzas mucho más potentes
El escritor venezolano de 65 años explicó que la intervención del régimen castrista también ha sido fundamental para impedir, hasta el momento, una rebelación de las fuerzas armadas. Argumentó que las políticas de represión selectiva por parte de las agencias de seguridad y de inteligencia de la dictadura de los Castro fueron "transferidas exitosamente a Venezuela".
Destacó, entre todas las medidas represivas aplicadas por ambos regímenes, los "controles sobre los militares": "Si vives en dictadura, sabes que tu principal amenaza son tus fuerzas armadas, por lo tanto, tu prioridad es controlar y garantizar que en tus fuerzas armadas no haya nadie con poder de fuego".
Para garantizar su fidelidad, según Naím, se realizan "monitoreos cercanos", y se otorgan "incentivos para que sigan aliados al régimen". Aquellos que, en cambio, decidan rebelarse "son condenados".
Después de cuatro meses de protestas, en las que murieron más de 100 personas por la brutal represión del régimen, y a pocas horas de la elección convocada por el chavismo para elegir a los integrantes de la insólita Asamblea Nacional Constituyente (ANC), las fuerzas armadas siguen obedeciendo las órdenes de Maduro. Ante este contexto, son los jóvenes -el futuro del país- los que arriesgan sus vidas "por la libertad" de la patria. El ex director del Banco Central de Venezuela (BCV) lo calificó como una "resistencia nacional heroica": "Hay todos los días en las calles gente dispuesta a morir por defender la libertad".
Pero para que un régimen dictatorial como el de Maduro caiga, explicó Naím, también hace falta otros factores además de la resistencia en las calles. Las sanciones externas, la actividad diplomática y la solidaridad de otros países, entre otras cosas, también son vitales.
Hoy en día el panorama regional cambió, pero durante más de una década gobiernos como los de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil, Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua, brindaron "una solidaridad ciega y cómplice": "Donde el régimen violaba derechos humanos, no había una sola palabra de esos gobiernos". En ese entonces, el papel de la OEA, al mando de José Miguel Insulza, también fue "bastante ineficaz y timorato".
Pero el analista y escritor remarcó que en la actualidad la situación es distinta. Mauricio Macri en Argentina y Michel Temer en Brasil, junto a otros mandatarios regionales, han levantado la voz contra las violaciones del régimen de Maduro, mientras que en la OEA "Luis Almagro ha demostrado un liderazgo clarísimo".
Se refirió también al rol del papa Francisco, y opinó que el Sumo Pontífice "está tratando de hacer lo que puede en una situación plagada de incertidumbre, de fanatismos, y de falta de transparencia". Asimismo, destacó el "rol muy importante, con toda discreción y con todo cuidado" que mantiene desde hace tiempo el cardenal Pietro Parolin, ex nuncio apostólico en Caracas y actual secretario de Estado del Vaticano.
Por su parte, con respecto a las sanciones externas, se manifestó en "desacuerdo a la prohibición a la importación de petróleo de Venezuela a Estados Unidos": "Es una sanción muy antigua, torpe, que termina perjudicando a los venezolanos en general".
El ex ministro venezolano, en cambio, sí se pronunció a favor de "sanciones inteligentes en el ámbito financiero, de la identificación de personajes del régimen involucrados en la represión, en la corrupción, en la violación de derechos humanos". La última semana el gobierno de Donald Trump aplicó sanciones contra 13 funcionarios chavistas y advirtió que impondrá otro paquete de medidas contra los integrantes de la Constituyente, si Maduro no desiste de esa medida.
"Esa votación va a ser una trampa. Será escueta, pero él [Maduro] va a declarar victoria", anticipó Naím. No obstante, advirtió que después del 30 de julio cualquier cosa puede suceder: "Puede ser que ganen la Constituyente y no suceda mucho más; o puede ser que la ganen y definitivamente utilicen eso para consolidar el poder, y concentrar más poder, y transformar a Venezuela en una nueva Cuba".
"Pero también es un gobierno que se caracteriza por su ineficacia, por su torpeza… Quién sabe cómo manejan una victoria", avisó.
De lo que sí está convencido Naím es que la actual situación de Venezuela, sumida en la peor crisis económica, social, política, y de desabastecimiento de su historia, se debe a Chávez. "Nicolás Maduro no ha cambiado nada de lo que dejó Chávez en términos de políticas económicas, en términos de cómo hacer política (…) No hay medicina, no hay comida, las necesidades básicas… eso es producto de la política económica que impuso Chávez en asociación con los cubanos", concluyó, tajante.