Tiene 36 años, es inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Crimalísticas (Cicpc) y en el año 2015 protagonizó y produjo la película Muerte suspendida.
Tras el ataque contra el Tribunal Supremo de Justicia con una aeronave comenzaron a conocerse detalles de la vida de Óscar Pérez, el funcionario venezolano que atacó con un helicóptero al Tribunal Supremo de Justicia en un aparente intento de sublevación contra el régimen de Nicolás Maduro.
Pérez cuenta con 15 años de carrera como inspector del Cicpc y pertenece a la Brigada de Acciones Especiales (BAE), donde es jefe de Operaciones en la División Aérea.
Además de ser piloto de helicóptero, es buzo de combate y paracaidista libre.
En una entrevista en Panorama para promocionar la película Muerte suspendida, indicó ser "padre, compañero… un hombre que sale a la calle sin saber si va a volver a la casa". "La muerte forma parte de la evolución…", agregó.
Según informaron medios venezolanos, Pérez había manifestado en varias oportunidades su descontento con el régimen de Nicolás Maduro. La pancarta que llevaba colgada el helicóptero que piloteaba, que decía "350, libertad", hace referencia a la aplicación de ese artículo de la Constitución venezolana que invita a la desobediencia civil y al desconocimiento del Gobierno.
En el mensaje publicado en las redes sociales y que fue difundido tras la acción, Pérez pidió al mandatario su "renuncia inmediata" junto con su tren ministerial y que "sean convocadas de manera inmediata elecciones generales".
El régimen militar de Nicolás Maduro señaló a Pérez como un ex piloto de su ex ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, general retirado que se ha distanciado del Gobierno, a quien el presidente vincula con un supuesto plan de golpe de Estado en su contra.
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