Estados Unidos sigue de cerca lo que pasa con Venezuela en la Organización de Estados Americano (OEA). Incluso la última semana, en el marco de la 47ª Asamblea desarrollada en Cancún, México, fue uno de los principales impulsores de una resolución que buscaba exigir al régimen de Nicolás Maduro que reconsiderara la Asamblea Nacional Constituyente convocada por el presidente chavista.
La iniciativa no logró consenso entre los miembros del bloque y Washington rechazó la actitud de los países que avalan las violaciones a los derechos humanos del chavismo. El senador Marco Rubio, por su parte, advirtió que la actitud de República Dominicana, Haití y El Salvador podría afectar las relaciones con Estados Unidos.
Si bien esos países no votaron en contra del proyecto que también exigía el "cese de la violencia" en el país, se abstuvieron impidiendo alcanzar la mayoría necesaria (23 votos) para lograr una resolución.
El ex precandidato presidencial aseguró, a través de su cuenta de Twitter, que la relación de la Casa Blanca con esos países se verá afectada por su apoyo al régimen militar de Maduro.
La iniciativa fracasó al obtener 20 votos a favor, 8 abstenciones, 5 en contra y una ausencia -la de Venezuela-.
Esos países, junto a otros tantos del Caribe, tienen una fuerte dependencia del petróleo venezolano, razón por la que prefieren no oponerse al Gobierno bolivariano.
Haití mantiene una deuda con Venezuela de 1.500 millones dólares, mientras que la de El Salvador es superior a los 900 millones de la misma moneda. República Dominicana, por su parte, vio una reducción del 52% de su deuda con Caracas, estimada en 4.100 millones de dólares.
La OEA cada vez ejerce mayor presión sobre el régimen chavista. A tal punto que el país caribeño decidió abandonar el bloque tras la convocatoria a una reunión de cancilleres.
No obstante, los principales países que se oponen al gobierno venezolano siguen sin poder alcanzar un acuerdo para lograr una resolución sobre la grave crisis de esa nación.
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