Desde que Nicolás Maduro intentó disolver la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, la fiscal general del país, Luisa Ortega Díaz, comenzó a distanciarse del régimen militar chavista. Esta fractura se profundizó cuando la responsable del Ministerio Público (MP) repudió la brutal represión de las fuerzas chavistas en las manifestaciones de la oposición y se negó a sancionar a personas que no habían cometido ningún delito.
Mientras el presidente bolivariano intenta avanzar con la polémica Asamblea Nacional Constituyente, con la que busca eliminar el Parlamento y evitar elecciones libres, también tiene como uno de sus principales objetivos reemplazar a la fiscal general.
Según consigna el periódico El Nacional, el jueves pasado, durante una reunión entre el chavismo y la Fuerza Armada para tratar el tema de la Constituyente, Maduro planteó su intención de apartar a Ortega Díaz de su cargo.
El jefe de Estado chavista indicó que el régimen necesita un fiscal que cumpla las órdenes que manda la Revolución.
"Están buscando cómo sacar a la fiscal para poner a una persona leal a Diosdado Cabello, a Maduro y a la cúpula", expresó el dirigente opositor Henrique Capriles en un contacto por Periscope.
Ante la "desobediencia" de Ortega, Maduro ordenó al fiscal militar que se haga cargo de sentenciar a los detenidos por las fuerzas chavistas durante las manifestaciones y asumir todos los casos que el Ministerio Público se niega a encarar.
El diario venezolano informa, además, que el presidente chavista también dio instrucciones para nombrar al almirante Remigio Ceballos Ichazo, segundo del Comando Estratégico Operacional de la FANB, para llevar adelante la convocatoria de la Constituyente comunal.
Asimismo, se le exigió incorporar militares para que se cumplan los lineamientos ordenados por la cúpula del régimen.
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