La oposición venezolana marchará este miércoles en una masiva protesta contra la decisión de Nicolás Maduro de convocar a una Asamblea Nacional Consituyente para reformar la Carta Magna y evitar, de esta manera, las elecciones.
La manifestación –que los opositores llamaron Gran Marcha– comenzará en el distribuidor Altamira de la autopista Francisco Fajardo de Caracas y, a diferencia de las anteriores, tendrá un destino desconocido.
La falsa constituyente es otro golpe de Estado, por eso debemos luchar más fuertes y unidos contra la dictadura para rescatar la democracia. pic.twitter.com/yOeIfJb4JV
— Lilian Tintori (@liliantintori) May 3, 2017
"En vista de la represión, nos hemos visto en la obligación de cambiar de estrategia, y la ruta de la marcha será sorpresa", explicó el diputado Carlos Paparoni fuera del Parlamento.
La convocatoria para el día de mañana #3M es a concentrarnos en el Distribuidor Altamira para seguir manteniendo nuestra agenda de lucha.- pic.twitter.com/bZNk4zJqOE
— Carlos Paparoni (@CarlosPaparoni) May 2, 2017
"No se está planteando consultar al pueblo, sino que, desde el PSUV (partido de gobierno), se elijan ellos mismos para tener una Constitución hecha a su medida (…) Tenemos que aumentar la presión en las calles", dijo en la sesión el vicepresidente del Legislativo, Freddy Guevara.
Se trata de la segunda marcha en dos días en rechazo a la convocatoria del presidente Nicolás Maduro a un proceso para cambiar la Constitución, que desvanece su objetivo de elecciones generales y agudiza la crisis que sacude al país: el martes, la oposición participó en el Trancazo, bloqueando calles en Caracas y otras ciudades del país.
Además, la mayoría opositora del Parlamento aprobó un acuerdo en rechazo a la propuesta, por considerar que viola la Constitución, e instó a las Fuerzas Armadas a desconocerla.
Sin embargo, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, aseguró que los militares acompañan la iniciativa por ser "revolucionaria, constitucional" y democrática.
Acosado tras un mes de protestas que exigen su salida del poder con elecciones generales, Maduro dio el lunes un giro a la crisis al convocar a una "Constituyente popular", cuyos 500 asambleístas no serán elegidos por sufragio universal, sino por sectores sociales y comunidades.
El martes, cacerolas, bocinas y cornetas sonaron temprano en Caracas, donde grupos de personas bloquearon con basura, motos y troncos de madera, calles y avenidas. En La Urbina (este) hubo un confuso tiroteo, luego de que militares dispersaran una protesta con bombas lacrimógenas.
Al final de la tarde persistían disturbios en Caracas, Cabudare (oeste) y en otras ciudades, como Valencia (norte), donde un joven de 21 años murió en un "intento de saqueo" tras las protestas, confirmaron a la AFP fuentes de la Fiscalía.
El Ministerio Público lamentó en Twitter la muerte del joven durante una "situación irregular".
Aunque una Constituyente se convoca para transformar el Estado y redactar una nueva Carta Magna, Maduro aseguró que reforzará la Constitución de 1999 para "profundizar la revolución".
Aún no está claro qué pasará con el calendario electoral. Los comicios de gobernadores debieron hacerse en 2016 -pero se postergaron sin fecha- los de alcaldes deben ser este año y las presidenciales, a fines de 2018.
El anuncio de Maduro hace temer mayor convulsión social. Treinta y cuatro personas murieron en hechos violentos vinculados con las protestas que estallaron el 1 de abril, luego de que el máximo tribunal de Justicia asumiera temporalmente las funciones del Parlamento.
Otro protagonista, según analistas, será la comunidad internacional. La Argentina, Chile y Estados Unidos consideraron que la Constituyente empeorará la crisis.
Brasil la calificó de un "golpe", y Luis Almagro, jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA) -de la que Venezuela inició su retiro-, de "fraudulenta".
La Comisión de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) se reunió en El Salvador, pero la ausencia de siete países impidió una declaración sobre Venezuela.
Sin embargo, la canciller Delcy Rodríguez consideró que la cita fue exitosa y aseguró que El Salvador, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas se incorporaron al "diálogo" en Venezuela, del que la oposición se separó en diciembre.
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