Los "médicos exprés": venezolanos que atienden a niños y recién nacidos sin preparación

La creciente fuga de especialistas que se van a vivir al exterior fuerza a los hospitales a dejar de prestar servicios de neonatología. Algunas universidades entregan diplomas con apenas tres años de estudio

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Una protesta en un hospital
Una protesta en un hospital venezolano por la falta de insumos

La descomposición de la sociedad venezolana parece no tener límites. La salud es uno de los ámbitos donde más se está sintiendo porque la creciente escasez de remedios e insumos básicos hace ya imposible el tratamiento de algunas enfermedades. Pero a ese drama se suma otro, quizás más grave: ante la falta de perspectivas de que el país pueda salir del pozo, los jóvenes más preparados deciden irse a vivir al exterior, dejando a los hospitales sin especialistas en rubros muy sensibles, como pediatría y neonatología.

José Ramón García, coordinador de posgrado de la Universidad Central de Venezuela, contó a El Nacional que entre 2016 y el primer trimestre de 2017 se firmaron 1.250 constancias para jóvenes que quieren validar sus estudios en el exterior. De ellas, 188 fueron solicitadas por pediatras y 9 por neonatólogos. Una década atrás, sólo se habían firmado 20 constancias en un lapso de 5 años. Así se comprende, por ejemplo, que instituciones como la Maternidad Concepción Palacios, que llegó a tener hasta 30 neonatólogos y que ofrecía un curso de posgrado, tenga hoy sólo seis de esos especialistas y ya no dé el curso.

La contracara de este fenómeno es lo que está haciendo el Estado para cubrir las vacantes. La carrera de Medicina Integral Comunitaria en la Universidad Bolivariana, impulsada por la actual ministra de Salud, Antonieta Caporales, está entregando diplomas de médicos a jóvenes con sólo tres años de estudio, sin cumplir con la residencia de dos años dentro de un hospital en el que deben rotar por distintos servicios para cumplir con el artículo 8 de la Ley de Ejercicio de la Medicina.

Muchos de estos "médicos exprés" ocupan puestos como neonatólogos reconocidos por el Ministerio de Salud y atienden a niños prematuros sin ninguna preparación específica. El hospital José Ignacio Baldó es uno de los que sufre esta problemática: 16 "médicos integrales comunitarios" están a cargo, sin ninguna supervisión, de la atención primaria de niños muy chicos, según informó El Nacional.

Hemos tenido que llamar en 12 oportunidades a concurso porque nos quedan vacantes. No vienen a concursar o no aprueban las evaluaciones

"En los últimos años hemos tenido que llamar en 12 oportunidades a concurso porque nos quedan vacantes. No vienen a concursar o no aprueban completamente las evaluaciones", dijo al periódico venezolano Gerardo Tovitto, decano de Medicina de la Universidad de los Andes. De la misma manera, de 10 cupos que se ofertaron para Neonatología avalados por la Universidad Central, solo dos médicos se postularon. Las dos vacantes para Neurocirugía Pediátrica quedaron desiertas, igual que la de Psiquiatría Infantil.

"Estas vacantes en Pediatría y en la subespecialidad de Neonatología hacen que las nuevas generaciones de médicos no estén formadas completamente y eso se traduce en menor atención. Además las especialidades en Terapia Intensiva, Hematología y Oncología se concentran en Caracas, porque en el interior no hay terapia intensiva. La idea es que vayan al interior. Parte de los que se están formando se van del país y a otros los castigan con jubilaciones prematuras. Estamos sin médicos a futuro. Cuando la noche negra cambie, tendremos que reeducar a nuestros médicos integrales comunitarios", explicó Huníades Urbina, presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, consultado por el mismo medio.

Según datos oficiales, que llegan hasta noviembre, en 2016 murieron 9.779 niños en Venezuela. La Red Defendamos la Epidemiología calcula que ascienden a 11 mil los decesos en los 12 meses del año.

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