En febrero, Taylor Swift subió al escenario de los Premios Grammy para recoger el galardón al mejor álbum vocal pop. Tras dar las gracias a la Academia de la Grabación y a sus admiradores, puso manos a la obra: "Mi nuevo álbum sale el 19 de abril", dijo, un anuncio sorpresa con el que revelaba "The Tortured Poets Department". Era un aviso para sus fieles seguidores, así como para cualquier otra persona del sector que tenga planeado un lanzamiento en primavera: si quieres que tu nuevo álbum debute en el puesto número uno, no lo lances el 19 de abril. O el 26 de abril. O el 3 de mayo, si en esas estamos.
Una semana después, tras un anuncio durante un comercial del Supertazón, Beyoncé también reveló que su nuevo álbum, "Cowboy Carter", sería lanzado antes que "Poets", con mucho espacio de por medio, el 29 de marzo. Otra grande del pop en la audiencia de los Premios Grammy hizo su propio anuncio a principios de abril: Billie Eilish develará su tercer álbum de estudio, "Hit Me Hard and Soft", un mes después del lanzamiento de Swift, el 17 de mayo.
Beyoncé y Swift, las estrellas del pop más importantes del siglo XXI, con frecuencia han sido consideradas competidoras, si no rivales, una historia en parte arraigada en la misoginia y amplificada por el duelo de ejércitos de seguidores llenos de "stans" o superfanáticos.
A lo largo de los años, las dos artistas han desmentido esa idea. La primera vez que se les relacionó, sin que tuvieran culpa alguna, fue en los MTV Video Music Awards de 2009, cuando Kanye West interrumpió un discurso de aceptación de Swift para defender a su compañera nominada Beyoncé; más tarde, esa misma noche, Beyoncé hizo subir a Swift al escenario para que terminara su intervención. En 2021, Swift compartió en Instagram que Beyoncé le había enviado flores de felicitación después de que ganó el Grammy al álbum del año por "Folklore" y dijo que Beyoncé era "la reina de la gracia y la grandeza". Y el año pasado, tras sus exitosas giras de estadios, aparecieron en los estrenos de sus respectivas películas, en señal de reproche a los fanáticos de los foros que buscaban sembrar la discordia.
"Está claro que es muy lucrativo para los medios de comunicación y la cultura de los superfanáticos enfrentar a dos mujeres, incluso cuando las dos artistas en cuestión se niegan a participar en ese debate", declaró Swift a la revista Time. (Los representantes de Swift y Beyoncé rechazaron hacer comentarios).
De hecho, en lo que respecta a los lanzamientos de álbumes, ya sea planificado o por casualidad, las dos superestrellas se han evitado. La única vez que publicaron discos en el mismo periodo fue en noviembre de 2008, cuando "I Am... Sasha Fierce" de Beyoncé suplantó a "Fearless" de Swift en el número uno. Con excepción del debut de Swift en 2006, todos los álbumes de estudio de Beyoncé y Swift --21 en total, incluyendo las regrabaciones de Swift de su catálogo anterior-- han entrado en el Billboard 200 en el número uno. (Los dos álbumes anteriores de Eilish también debutaron en lo más alto de la lista).
En la era de los servicios de emisión en continuo, en la que las canciones han sustituido a los álbumes como principal moneda de cambio de la música y las posiciones en las listas se basan en una fórmula opaca que combina las reproducciones en línea con las ventas, un álbum número uno no tiene la misma resonancia cultural o histórica que antes. Sin embargo, según Jonathan Daniel, de Crush Management, que supervisa las carreras de Miley Cyrus, Green Day y Lorde, sigue siendo "un gran tema de conversación", sobre todo para los superaficionados de internet que se enorgullecen de llevar a sus héroes a lo más alto.
"El fenómeno de los superfanáticos del pop que defienden a sus artistas en Twitter es feroz", afirmó Daniel. Los seguidores tratan las listas de Spotify y Billboard como un juego de suma cero. "Es su versión de los deportes".
Aunque los mejores artistas y sus equipos tienden a evitar lanzamientos de álbumes que coincidan para asegurar un número uno y los derechos a fanfarronear al respecto que viene con ello, no siempre fue así. "En los tiempos en que la única manera de consumir música era ir a la tienda de discos o a una tienda de mayoreo, las discográficas a veces programaban un lanzamiento para que saliera el mismo día que otro similar, pero de mayor envergadura", explicó Keith Caulfield, director general de listas y operaciones de datos de Billboard.
De ese modo, alguien que iba a Best Buy a comprar, por ejemplo, "la banda sonora de 'El guardaespaldas' podía ver también el nuevo CD de Anita Baker y decir: 'Me lo llevo'", explicó. Antes de las redes sociales, en las que los artistas pueden publicar actualizaciones de sus álbumes a sus seguidores con una frecuencia incesante, los aficionados ocasionales ni siquiera sabían que existía un nuevo disco a menos que lo vieran en tiendas.
Uno de los ejemplos más sonados de lanzamientos convergentes de superestrellas se produjo en septiembre de 2007, cuando los raperos Kanye West y 50 Cent se pusieron de acuerdo para publicar sus nuevos álbumes en la misma fecha. "Lo comercializamos como si fuera un combate de boxeo de pesos pesados", aseguró Dennis Dennehy, responsable de publicidad de Interscope, la discográfica de 50 Cent. "Era Ali contra Frazier".
West y 50 Cent, ambos artistas de sellos subsidiarios de Universal Music Group, aparecieron juntos en la portada de Rolling Stone para promocionar el acontecimiento y atraer a la gente a las tiendas de discos. "Fue como una campaña electoral", afirmó Dennehy. La recompensa fue un aumento de las ventas de ambos títulos en la primera semana y una muestra excepcional del poder comercial del hiphop; el riesgo, como lo descubrió 50 Cent, era terminar en un lejano segundo lugar. Kelefa Sanneh, en The New York Times, lo calificó de "punto bajo" en la carrera de 50 Cent.
Para artistas de la talla de Swift y Beyoncé, fijar la fecha de lanzamiento de un álbum es tanto un arte como una ciencia, un cálculo basado en factores tan dispares como los calendarios de las giras propuestas, la disponibilidad de plantas de prensado de vinilos y el momento óptimo para que el proyecto pueda ser considerado para los premios Grammy. Y, a veces, incluso los planes mejor trazados pueden salir mal.
Daniel cuenta que el año pasado, "Endless Summer Vacation" de Cyrus y "Did You Know That There's a Tunnel Under Ocean Blvd" de Lana Del Rey iban a salir en la misma fecha, pero el álbum de Del Rey se retrasó dos semanas. "Y, entonces, salió 'One Thing at a Time' de Morgan Wallen la semana anterior", dijo, "y barrió con toda la competencia".