Si viajar en primera clase es una experiencia muy diferente a pasar las horas de vuelo en clase económica, el proyecto Transpose de la empresa Airbus planea una total revolución en los aviones, con ambientes que pueden asemejarse más a un bar, una oficina o un hostel que a una cabina a miles de metros de altura.
A^3, el área de tecnología de la constructora de aviones, trabaja desde el año pasado en cambiar el modelo del interior de los aviones y recientemente ya probó en un simulador cómo sería un vuelo con los diseños que idearon.
Áreas para niños, espacios de oficinas, un restaurante y una barra con amplia variedad de tragos o unas camas totalmente horizontales para un descanso más cómodo. Todo ello se pudo ver en una experiencia de simulación con más de 100 voluntarios, que hicieron de pasajeros en un "vuelo" de cuatro horas.
Según explicaron los responsables del proyecto, el atractivo es que las instalaciones son modulares y pueden reacondicionarse de acuerdo a las condiciones de cada vuelo.
Los investigadores consideran que el diseño actual de los aviones, con los asientos mirando hacia adelante, no es por seguridad, sino porque no hubo un margen para pensar en otras opciones. Por ello, quieren un reacomodo para maximizar los espacios de "ammenities" de la nave.
"Hoy, si colocamos una ducha en un avión, esa ducha se quedará allí por siete a diez años. Con Transpose, se puede probar diferentes opciones y quedarse con la que mejor funcione", explicó Jason Chua, líder del proyecto.
Con una arquitectura modular, la cabina se vuelve "reconfigurable", con espacios que pueden cambiarse a gusto de la aerolínea.
No obstante, cada ambiente debería tener, por lo menos, un asiento cerca con un cinturón de seguridad que cumpla con las certificaciones, a los que los pasajeros puedan acomodarse rápidamente en caso de turbulencia u otro incidente.
Los encargados aseguraron que tal flexibilidad puede aumentar los ingresos de las empresas por un 5 por ciento, sin elevar el precio básico de los pasajes.
Según sus investigaciones, los pasajeros están dispuestos a pagar un 23% más por los servicios ofrecidos a bordo, que cuando son premium estira el gasto en 35 por ciento.
La siguiente etapa del proyecto sería llevar este diseño al aire. Para ello, están pendientes las revisiones técnicas de la cabina y de la estructura de la ingeniería, para lo cual están en contacto con las autoridades del sector.
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