El fundador de Uber, Travis Kalanick, renunció como CEO de la empresa de transporte privado debido a las presiones de los accionistas, informaron este miércoles medios estadounidenses.
Kalanick, quien había anunciado la semana pasada que se ausentaría de sus funciones durante un tiempo no especificado, seguirá siendo parte del consejo directivo de la compañía, informó el New York Times. Según el diario neoyorquino, la renuncia se debe a las presiones de los cinco principales inversores en la firma.
"Amo Uber más que nada en el mundo y en este difícil momento en mi vida personal he aceptado la petición de los inversores de hacerme a un lado para que Uber pueda volver a crecer y no distraerse con otra pelea", afirmó Kalanick en un comunicado enviado al Times.
La baja del máximo responsable de Uber llega tras una investigación interna de la cultura corporativa de la compañía realizada por la firma del ex fiscal Eric Holder y motivada por denuncias de acoso sexual y discriminación.
La semana pasada se hicieron públicas las recomendaciones respecto a sus prácticas y entorno de trabajo que la compañía de transporte adoptará como resultado de la investigación y que abarcan los ámbitos de las altas instancias directivas, la confianza, la transformación y la rendición de cuentas.
Entre los "cambios del liderazgo" de Uber propuestos se incluían específicamente la "revisión y reubicación de las responsabilidades de Travis Kalanick" y la búsqueda de un director de operaciones que trabaje junto al nuevo director general con énfasis en la cultura corporativa.
A comienzos de junio, Uber despidió a 20 empleados como consecuencia de una segunda investigación sobre casos individuales de malas conductas relacionadas con el acoso sexual y psicológico y la discriminación
Uber, fundada en 2009, ha revolucionado el transporte privado en todo el mundo, puesto en jaque a la industria del taxi y alcanzado un valor de 68.000 millones de dólares, con inversores que incluyen desde grandes firmas como BlackRock o el fondo de inversión público de Arabia Saudí a pequeños accionistas.
Además de la polémica sobre su cultura corporativa, Uber tiene otros frentes abiertos: una querella de la matriz de Google, Alphabet, por el supuesto robo de información sobre coches autónomos y una investigación federal sobre sus operaciones de negocio.
Recientemente, la compañía admitió haber retenido por error millones de dólares a sus conductores neoyorquinos durante unos dos años.
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