Resulta difícil de creer que en la era de la realidad aumentada, la inteligencia artificial, machine learning y la influencia del "Internet de las Cosas", el juguete sensación actualmente – tanto para jóvenes como para adultos bien entrados en edad – no cuenta con reconocimiento facial ni tiene acceso a la red o a nuestros smartphones.
Denominados "Fidget Toys", los llamativamente poco rebuscados dispositivos plásticos de distintos formatos y llamativos colores se han convertido en los aliados ideales para combatir los nervios y la ansiedad, tanto dentro de ámbitos educativos de tipo escolar o universitario como en las oficinas de las compañías líderes de los EEUU.
La insaciable demanda por los simpáticos artilugios no tecnológicos de bajo precio parece no conocer límites en los EEUU, convertidos en un objeto indispensable para niños y adultos quienes aseguran son una herramienta efectiva para combatir la inquietud, que además ayudarían a tratar el cada vez más común trastorno de deficit de atención e hiperactividad sin depender exclusivamente de medicamentos.
Distintos productos para combatir la ansiedad como las pelotas contra el estrés han estado disponibles durante décadas, pero al parecer su efectividad no se compara con los nuevos objetos que hoy son usados en masa para descargar el exceso de energía.
Los juguetes tienen formatos de lo más variados, desde cubos plásticos que permiten girar ruedas, presionar interruptores hasta trompos metálicos de hipnótico movimiento y curioso efecto tranquilizante. Posicionados entre los diez juguetes más demandados en Amazon, sus precios en torno a los USD 5 los convierten en una solución accesible para todo el mundo, en una era donde los gadgets modernos se caracterizan por sus precios exhorbitantes.
Uno de los modelos más populares y completos es el Fidget Cube de Antsy Lab, una startup que comenzó con una humilde campaña de recaudación de fondos en Kickstarter buscando obtener USD 15.000 para financiar la fabricación de un curioso cubo compuesto de botones, interruptores y discos giratorios y que gracias al éxito de su propuesta lleva acumulados USD 6,4 millones.
Cadenas como el gigante de supermercados Walmart y el especialista en juguetes Toys R Us luchan por mantener a los "Fidget Toys" en stock dentro de sus tiendas, y son varios los grandes mayoristas en los Estados Unidos que exigen que los juguetes – convertidos en verdaderos objeto de deseo – sean transportados desde las fábricas en China en avión en vez de los tradicionales barcos de carga, para poder recibirlos antes, aún cuando el costo en lo que hace a la logística se quintuplica.
Expertos aseguran que, si se mantienen los niveles de crecimiento de ventas en EEUU, se convertirán en el producto de la industria de los juguetes más exitoso a nivel comercial en cincuenta años.
Lo llamativo de los juguetes como el cubo de Antsy Lab es que el presionar sus botones y activar sus interruptores no produce ninguna respuesta por parte del dispositivo, algo para destacar en una era donde si un gadget no cuenta con la capacidad de mantener una conversación con su usuario parecería que no merece existir.
La finalidad es hacer sentir a su usuario relajado y lograr que se concentre en algo más que la pantalla de su smartphone, dispositivos que han sido puestos bajo la lupa de expertos en los últimos años, acusados de generar una dependencia nociva afectando directamente la capacidad de concentración.
Juguetes como el cubo Rubik, los YoYos y otros que suelen mantener las manos ocupadas han visto un aumento de sus ventas, parte de la tendencia que busca soluciones de bajo costo a los crecientes niveles de ansiedad, fenómeno potenciado por la infinidad de posts en redes sociales y videos subidos a YouTube sobre los "milagrosos" dispositivos que seguramente sigan presentando nuevas variantes en el corto plazo en un intento de abastecer la "sed moderna" de juguetes anti estrés.
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