Silicon Valley funciona como una suerte de vivero para startups. Con buena temperatura, mucha luz solar y riego adecuado, todas las plantas crecen, y todas las empresas de tecnología se desarrollan en un ecosistema de talento, financiación y experiencia. Pero dado que la información es un bien global, más temprano que tarde habrá en el mundo distintos núcleos de producción. Google quiere ser pionero en la instalación de invernaderos tecnológicos en las economías emergentes.
Para lograr lo que hasta ahora no han conseguido subsidios gubernamentales ni parques tecnológicos, lanzó Launchpad Accelerator: una fuerza especial dentro de la megaempresa que elige a las startups más probadas y durante seis meses les brinda el asesoramiento ilimitado de sus expertos, que muchas veces son los mejores del mundo.
El programa comienza con dos semanas intensivas en Mountain View, California, y sigue con seis meses de apoyo a distancia. Tres empleados de 31 compañías de nueve países realizaron ya su inmersión en las oficinas de Launchpad. En el encuentro participaron unos 150 mentores.
No se trata de filantropía en el sentido habitual de la práctica. Las compañías no pagan —de hecho, además del valor económico del consejo top, pueden recibir USD 50.000— pero dan algo fundamental para la dinámica de la industria: información. Para que Launchpad Accelerator las apruebe, las startups deben revelarle sus finanzas y permitirle que observe cómo funcionan sus productos en mercados que de otro modo no hubiera estudiado. De esa manera un público al que no se ha llegado todavía, pero que existe y puede usar las herramientas de un gigante tecnológico u otro, quedará bajo el paraguas de Google.
"Son las mentes brillantes del resto del mundo", caracterizó Backchannel a los creadores de las compañías que le interesan al acelerador. "Y Google les da un golpe de adrenalina directamente desde la nave madre del emprendimiento planetario: la misma compañía".
En opinión de Roy Glasberg, el gerente global de Launchpad Accelerator, su equipo es el único que aplica una perspectiva original: observa los mercados emergentes en su conjunto. Eso le permitirá resolver el problema de por qué no han surgido otros hubs como San Francisco y alrededores.
Esa mirada panorámica revela cuáles son las estrellas en ascenso del mundo, y a sus puertas golpea Google para "educarlas en las mejores prácticas del desarrollo de productos y para acelerar sus curvas de aprendizaje". Lleva algo que las grandes ideas en estado emergente necesitan tanto como la financiación: la experiencia.
Glasberg habló de la construcción de un ecosistema que emule al de Silicon Valley, donde es difícil ir caminar por la calle sin toparse con inversores, directores de empresas, ingenieros y otros talentos, competidores. Burbujas como esa no existen en la India, en México, en Brasil o en Indonesia.
Un puñado de emprendimientos exitosos, opinó el desarrollador de negocios, hace que los fondos se multipliquen: las empresas comienzan a invertir en el lugar donde se hallan. "La comunidad entera estimula a otras startups. Eso no existe en América Latina", dijo como un ejemplo de lo que él quiere crear en los espacios vacantes.
Al elegir iniciativas ya probadas, de dos o tres años de madurez, la idea chocó con un problema: cómo obtener algo a cambio del impulso. Difícilmente se pudiera pedir una participación en las acciones a compañías que, luego de un par de rondas de búsqueda de fondos, probablemente no quieran ya compartir más de su capital social. "Entonces el equipo de Launchpad decidió que simplemente daría consejo, y obtendría beneficios para Google por medio de otros canales".
En primer lugar, al analizar los emprendimientos Google conoce no sólo los detalles técnicos y financieros de cada uno, sino también el ambiente económico en que se desarrollan. Eso le permitirá crear un mapa de numerosos lugares y entender qué permite el nacimiento y el crecimiento saludable de una startup en cada uno.
Google quiere ser pionero en la instalación de invernaderos tecnológicos en las economías emergentes.
En segundo lugar, la corporación evangeliza con sus productos. Lo cual fortalece la posición de Google en el presente, y sobre todo en el porvenir: si las mejores startups comienzan a usar los recursos de Google, cambiarse a sus competidores en el futuro les resultará muy costoso.
"Se puede observar bajo un microscopio cómo usan los productos de Google los desarrolladores de todos los rincones del mundo: es el mejor feedback que podría recibir", señaló el artículo de Backchannel. "Vemos de primera mano qué funciona y qué no", dijo Glasberg. "Esto es super importante, porque estos mercados son los próximos millones. Allí está el futuro".
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