Tim Cook, director ejecutivo de Apple, fue uno de los grandes referentes del mundo tecnológico que se reunieron la semana pasada con Donald Trump.
"Personalmente, creo que estar en la línea lateral no es una buena posición", le habría dicho Cook a los empleados de Apple cuando estos le preguntaron qué lo motivó a reunirse con el presidente electo, según publicó TechCrunch.
El gigante de Cupertino quiere abordar cuestiones de educación, medio ambiente, cambio climático, privacidad y seguridad.
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También le interesa participar en temas relacionados con los posibles cambios impositivos y la protección de la propiedad intelectual.
Son todas temáticas que tocan de cerca a las empresas de Silicon Valley, muchas de las cuales han basado su crecimiento en la instalación de fábricas en el extranjero, así como en políticas que favorecen la inmigración de personal calificado. Temáticas que Trump no dudó en atacar durante su campaña presidencial.
"Nos comprometemos cuando estamos de acuerdo y nos comprometemos cuando no estamos de acuerdo. Creo que es muy importante hacerlo porque las cosas no cambian si sólo gritamos. Uno puede cambiar las cosas mostrándoles a todos por qué tu camino es el mejor. En muchos sentidos, es un debate de ideas", dijo Cook.
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El encuentro con Trump se dio en la torre que tiene el magnate en Nueva York. También participaron en el evento Elon Musk (Tesla), Sheryl Sandberg (Facebook), Jeff Bezos (Amazon) y Satya Nadella (Microsoft), entre otros.
Una de las ausencias más inesperadas fue la de Jack Dorsey, CEO de Twitter. Aunque Trump es un usuario bastante frecuente de la red social del pajarito, por algún motivo no consideró necesario que hubiera un representante de esa plataforma en la mesa chica techie que convocó.
Según trascendió, la charla giró en torno a posibles acuerdos y negocios en el extranjero. Diversos medios hablaron de una actitud positiva por parte de Trump hacia los empresarios para ayudarlos a que continúen llevando "innovación al mundo entero".
Habrá que ver a qué se refiere puntualmente con ese deseo tan amplio. Cabe recordar que, durante la campaña, el ahora presidente electo se mostró crítico a las medidas que favorecieron la expansión de empresas tecnológicas estadounidenses en el extranjero.
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Apple, con su fábricas en China, fue uno de los targets a los que apuntaron los dardos de Trump. El resto de las compañías IT también se sintieron tocadas por la visión del empresario.
De ahí que, en su momento, 145 ejecutivo de Silicon Valley escribieron una carta contra Trump entre las que mencionaban que, de resultar elegido presidente, la situación desembocaría en un "desastre para la innovación".
¿Será acaso el comienzo de una nueva etapa? ¿El presidente electo se mostrará realmente colaborativo con los gigantes de Silicon Valley? Será cuestión de esperar y ver.
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