Un grupo de 38 personas que compró el teléfono Galaxy Note 7 en Corea del Sur presentará una demanda conjunta contra su fabricante, Samsung Electronics, por los inconvenientes experimentados a raíz de los casos de incendio del terminal.
Cada uno reclama una compensación de 300.000 wones (unos USD 267, por un total de poco más de USD 10 mil) por la pérdida de servicio derivada de los problemas que ha sufrido este modelo de teléfono y que obligaron a Samsung a dejar de fabricarlo y pedir a los consumidores que no lo usen por seguridad.
La demanda, que se presentará ante un tribunal de Seúl el próximo día 24, plantea que además a los usuarios se les causó ansiedad por su seguridad y repetidos inconvenientes, porque se vieron obligados a acudir al servicio técnico varias veces para revisar sus terminales o para cambiarlos.
Dada la jurisprudencia con este tipo de requerimientos relacionados con productos defectuosos en Corea del Sur, todo apunta a que la demanda prosperará.
Medios estadounidenses han informado de la existencia de otra demanda similar de un grupo de particulares que compraron el Note 7 contra el gigante tecnológico surcoreano.
El caso ha golpeado la imagen de marca del mayor fabricante mundial de smartphones del mundo, con una pérdida de miles de millones, y algunos analistas creen que podría afectar a su cuota de mercado en el sector de telefonía móvil.
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