Con una valuación de mercado de USD 605 mil millones, Apple es hoy la compañía más valiosa del mundo superando a gigantes de la talla de Google que "sólo" alcanzan a superar los USD 527 mil millones. Cifras asociadas a semejante cantidad de ceros son difíciles de procesar para nosotros, los simples mortales, pero la reciente filtración de los costos de fabricación del último modelo del iPhone ayudan a tener una idea más precisa de los márgenes de ganancia que le permitieron al coloso de Cupertino convertirse en el número uno del mundo tech.
Más allá de contar con proveedores de primer nivel que le permiten acceder a componentes de calidad a precios convenientes, uno de los principales ases bajo la manga del fabricante de la manzana fue haber migrado su producción al continente asiático y principalmente a China, con los consecuentes beneficios que esto brinda en relación con costos y niveles de productividad, por los que "el gigante dormido", que a estas alturas ya debería ser rebautizado, es reconocido a nivel mundial.
Independientemente de que todos los productos de la firma cuentan con una leyenda que asegura que son "diseñados por Apple en California", la fabricación de los exclusivos iPhones se lleva a cabo de manera tercerizada con componentes que provienen de China, Mongolia, Corea y Taiwán, entre otros países, con el controvertido titán de la electrónica Foxconn como el principal proveedor de servicios de manufactura.
Es que la empresa con base en Taiwán, encargada de controlar casi en su totalidad la cadena de suministros y producción, ha sido puesta bajo la lupa en numerosas oportunidades por distintos organismos reguladores, entre los que se cuenta Amnistía Internacional.
Se la acusa, entre otras cosas, de ser una compañía en el que se practica el trabajo infantil y de tener condiciones laborales por debajo de los parámetros establecidos en países desarrollados.
Por otra parte, en 2010, la compañía reportó haber sufrido 14 suicidios por parte de su planta de empleados, los cuales tuvieron lugar en Foxconn City, dentro del parque industrial de la ciudad china de Shenzhen, lo que atrajo la atención de medios de todo el mundo y logró que algunas de las firmas que contratan sus servicios, como la mencionada Apple y Hewlett-Packard revisaran las condiciones laborales de la polémica empresa.
La principal diferencia de Apple con respecto a sus competidores es que los componentes utilizados para la fabricación de su teléfono provienen de una infinidad de locaciones alrededor del mundo, con pantallas que son elaboradas en su mayoría por Sharp en Japón y, en menor cantidad, por LG Display en Corea del Sur, mientras que los sensores de su botón de inicio touch ID que ahora dejó de ser físico, son elaborados por la taiwanesa TSMC y Xintec. El listado de proveedores para 2015 alcanzaba más de 200 distribuidos alrededor del globo, por lo que el control de las condiciones laborales de cada uno de sus proveedores continúa siendo uno de los desafíos más grandes de la marca.
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Es precisamente esta particular cadena de suministro la que convierte a Apple en una empresa admirada por sus competidores, sobre todo por aquellos en franco crecimiento provenientes de Asia, como Huawei y Xiaomi, quienes buscan replicar el éxito de la firma con sede en los Estados Unidos mediante productos que ofrecen características similares, pero a un precio mucho más accesible.
Teniendo en cuenta que el modelo más económico de iPhone, 7 de 32GB y pantalla de 4,7 pulgadas, se comercializa en los EEUU por la suma de 649 dólares bajo contrato de prestadora de servicios de telefonía celular, resulta cuando menos sorprendente ver que los insumos utilizados para su fabricación tengan precios relativamente accesibles.
Por ejemplo, una pantalla de iPhone 7 le significa a Apple apenas un costo de 37 dólares, mientras que sus cámaras frontal y trasera suman 26 dólares, los parlantes, por su lado, 11,50 dólares, la carcasa exterior vale otros USD 22: en tanto que la nueva batería de mayor autonomía califica como una verdadera "ganga" por el insignificante monto de 4 dólares.
En total, sumando la mayoría de las piezas como la sofisticada placa lógica de 74 dólares y componentes varios por un monto de USD 117,50, el número final alcanzado por cada dispositivo es de 292 dólares, lo que ayuda a entender de manera más gráfica el margen de ganancias que maneja la firma de Cupertino. Una empresa que, además de ser conocida por su constante innovación y su respeto por los valores fundacionales de la marca creada por la leyenda Steve Jobs, se convirtió en la firma más valiosa del mundo.
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