En el mundo de hoy, la conectividad de banda ancha tanto a nivel personal como empresarial cobra más importancia que nunca. ¿Cómo es exactamente que el video de un aficionado tomado con su smartphone durante las olimpíadas de Río de Janeiro le llega vía Snapchat a un amigo en Tokio al otro lado del mundo, en un abrir y cerrar de ojos? La respuesta radica en los cables submarinos de propiedad privada que cruzan lo largo y ancho del planeta, la columna vertebral de la Internet que conforma la mayor parte de la 'autopista' sobre la cual viajan nuestros datos, 24 horas al día, 7 días a la semana, sin descanso.
En la actualidad, el 99% de las comunicaciones internacionales viajan a través de los 360 cables de fibra óptica submarinos, entre los que se encuentran en planificación y los activos, los cuales le dan la vuelta al mundo en distancias de hasta 13 mil kilómetros con una longitud que supera los 21 mil kilómetros. Para llegar de Río hasta Tokio, es factible que los datos viajen hasta la otra costa de Sudamérica, luego suban hacia Norteamérica para finalmente atravesar el Pacífico, o pueden también recorrer distintas rutas que cruzan el Atlántico, el Mediterráneo, el Índico y devuelta al Pacífico, pasando por una cantidad de países en el camino.
Con los Juegos Olímpicos de Rio 2016, la llamada "columna vertebral del Internet" cobra mayor importancia que nunca ante el marcado aumento de la demanda de datos en la región.
Expertos anticipan que los juegos olímpicos que se encuentran en curso en Brasil registren niveles de audiencia superiores a los 5,000 millones de televidentes, con cientos de miles de personas compartiendo fotos y videos en redes sociales, al tiempo que transmisiones en HD son transmitidas en vivo para todo el mundo, lo que representa un enorme desafío a nivel logístico para la infraestructura que permite esta ida y vuelta de datos a nivel masivo a lo largo y ancho del planeta.
Con semejante cantidad de datos viajando por las redes, los Juegos representan una inmejorable oportunidad para demostrar las mejoras efectuadas dentro del sector de las telecomunicaciones en Brasil y en toda Latinoamérica.
En entrevista con Infobae América desde la ciudad de Miami, Héctor Silva, Director General de Tecnología para América Latina de Ciena, empresa especialista en redes, explicó los detalles detrás de la importancia de una red robusta para disfrutar la experiencia de las olimpiadas en la era digital.
"Los avances de tecnología actuales han dado pie a que el desarrollo de aplicaciones suceda a pasos acelerados, con lo cual también se ha incrementado la demanda, lo que representa nuevos retos para la red. Para garantizar que, por citar sólo un ejemplo, los miles de periodistas que visitan Brasil puedan enviar sus historias alrededor del mundo, el servicio de radiotelevisión para todos los Juegos Olímpicos conocido como la Olympic Broadcasting Services (OBS) encabezó la instalación de una red de distribución de fibra óptica para cada sitio de competencia en el torneo. Dicha red fue diseñada para soportar la demanda de video de alta definición, que requiere de transmisión de alta capacidad, y así garantizar que no ocurran interrupciones en la señal o en la experiencia del espectador" explicó el experto de redes de la firma de telecomunicaciones norteamericana.
"Sin embargo, esto no es suficiente ya que, debido al gran volumen y densidad del tráfico, los estadios y otras instalaciones deportivas son de hecho, las localidades más complejas para los operadores de redes móviles, y las redes de telecomunicaciones deben estar listas para transportar el contenido creado por los espectadores en los Juegos. Buscando cumplir con las expectativas de los aficionados y a la vez evitar problemas de conectividad, algunos operadores en Brasil fortalecieron la infraestructura de su red para soportar enormes volúmenes de datos que se experimentarán durante el mes de agosto, y aplicaron tecnologías de protección y restauración que ayudan a las redes a volverse más robustas" agregó Silva desde la "Capital de las Américas".
Eventos como las Olimpiadas son un símbolo más del inevitable camino hacia un mundo más interconectado y señalan el hecho de que la conectividad de redes globales se ha vuelto un aspecto fundamental para la economía nacional y la calidad de vida de la mayoría de las naciones. Para facilitar esta conectividad, las redes deberán tener la capacidad de escalar hacia cantidades masivas de conexiones y de capacidad, a la vez que serán cada vez más rápidas para extenderse hacia nuevas localidades donde se requiere de la conectividad manteniéndose ágiles, programables y reconfigurables en todas sus dimensiones.
El esfuerzo que representa garantizar que la experiencia del espectador sea todo un éxito conlleva mucho: desde las redes poco conocidas de cables submarinos que componen la columna vertebral del Internet, hasta el refuerzo temporal que recibirán las redes móviles por parte de los operadores para satisfacer la demanda en los estadios abarrotados de aficionados. Es por esto que las expectativas en torno a los Juegos Olímpicos de este año, son más altas que nunca.