Las cucarachas son insectos que pertenecen al orden Blattodea, el cual incluye aproximadamente 4.600 especies en todo el mundo. Estos insectos son conocidos por su capacidad de adaptación a diversos entornos, lo que les permite sobrevivir en casi cualquier lugar del planeta. Se encuentran con mayor prevalencia en ambientes cálidos y húmedos, encontrando en las áreas tropicales y subtropicales su hábitat ideal. Debido a su capacidad para alimentarse de una amplia gama de materiales orgánicos, las cucarachas fueron capaces de coexistir con los seres humanos desde tiempos antiguos, adaptándose con éxito a los espacios urbanos.
La presencia de cucarachas en entornos habitados por humanos se debe principalmente a la búsqueda de alimento y refugio. Estos insectos son atraídos por los restos de comida, el agua y los lugares cálidos, lo que explica su frecuencia en hogares, restaurantes y otros edificios. La capacidad de las cucarachas para ingresar a los espacios más pequeños y su dieta omnívora les permite prosperar en una amplia variedad de entornos, lo que las hace huéspedes indeseados pero comunes en los ambientes humanos.
Las cucarachas no solo son difíciles de eliminar debido a su resistencia física y capacidad de esconderse, sino que también generan una amplia gama de problemas en los entornos humanos. Más allá del desagrado y el temor que suelen provocar, estos insectos son vectores de enfermedades, ya que pueden contaminar alimentos y superficies con los patógenos que transportan. Además, su presencia puede causar alergias y asmáticas en algunas personas, lo que aumenta la urgencia de controlar su población en espacios habitados.
Por qué las cucarachas son tan difíciles de exterminar
Son extremadamente difíciles de exterminar debido a su impresionante capacidad física y su habilidad para sobrevivir en condiciones extremadamente adversas. Poseen una gran rapidez y agilidad que les permite escabullirse y esconderse con facilidad, incluso en espacios muy reducidos. Se ha descubierto que las cucarachas americanas pueden aplanar sus cuerpos hasta alcanzar una altura mínima de 4 milímetros, lo que les permite infiltrarse por grietas estrechas en menos de un segundo. Además, pueden mantener su velocidad de carrera incluso en espacios confinados, reorientando sus patas hacia los costados para desplazarse.
“Miden unos 12 milímetros de alto cuando corren libremente, pero pueden aplastar sus cuerpos hasta los 4 milímetros, es decir, la altura de dos peniques apilados”, explicó Kaushik Jayaram, el líder de una investigación realizada por científicos de UC Berkeley. “Lo que es impresionante de las cucarachas es que pueden correr a la misma velocidad dentro de una grieta de 6 milímetros como en una de 12 milímetros, reorientando sus patas hacia los costados”, agregó.
Otra característica que las hace particularmente resilientes es su capacidad para soportar presiones extremadamente altas, hasta 900 veces su propio peso corporal, sin sufrir daños. Esto les permite sobrevivir en circunstancias en las que la mayoría de los otros organismos perecerían. Sumado a esto, las cucarachas tienen la capacidad de correr rápidamente, incluso sobre solo dos de sus seis patas, alcanzando velocidades de hasta 1,5 metros por segundo, lo que significa que pueden desplazarse 50 veces la longitud de su cuerpo en tan solo un segundo.
Cuánto tiempo las cucarachas pueden sobrevivir sin cabeza
Las cucarachas pueden sobrevivir semanas sin cabeza debido a varias características anatómicas y fisiológicas que las diferencian de los seres humanos y otros mamíferos. Joseph Kunkel, fisiólogo y bioquímico de la Universidad de Massachusetts Amherst, explicó que a diferencia de los humanos, cuya decapitación resultaría en una pérdida fatal de sangre y la interrupción de funciones críticas como la respiración, las cucarachas tienen mecanismos que les permiten continuar viviendo pese a la decapitación.
“Después de cortarles la cabeza, muy a menudo sus cuellos se sellan simplemente por coagulación”, dice Kunkel, señalando la ausencia de “sangrado incontrolado” debido al sistema circulatorio abierto de las cucarachas, que opera bajo mucha menos presión en comparación con el sistema circulatorio cerrado de los humanos.
Otra adaptación clave es su método de respiración. Las cucarachas respiran a través de espiráculos, pequeños orificios en cada segmento de su cuerpo, que están conectados a un sistema de tubos llamados tráqueas. Esto significa que el cerebro no controla la respiración, permitiendo que el insecto decapitado continúe respirando. “La sangre no transporta oxígeno por todo el cuerpo”, añade Kunkel.
Además, la naturaleza poiquiloterma de las cucarachas reduce su necesidad de alimentos. “Un insecto puede sobrevivir durante semanas con la comida que comió un día”, comenta Kunkel, destacando su capacidad de sobrevivencia incluso en ausencia de la capacidad de ingerir nuevos alimentos tras la decapitación.
Los insectos tienen grupos de ganglios distribuidos dentro de cada segmento del cuerpo capaces de realizar funciones nerviosas básicas necesarias para los reflejos, lo que permite que el cuerpo sin cabeza aún pueda moverse y reaccionar al tacto, según Christopher Tipping, entomólogo del Delaware Valley College. Además, la cabeza decapitada de una cucaracha puede sobrevivir durante horas, moviendo sus antenas si se le proporcionan nutrientes y se mantiene refrigerada.