Se acercó decidido a la tienda, con una piedra en la mano. Eran las 02 PM del jueves y había autos y personas en la calle, pero a él no le importó.
El hombre comenzó a romper la vidriera. Como quedaría claro en el video registrado por la cámara de seguridad, no estaba interesado en robar. Por el momento, es una incógnita si fue un ataque al azar o una venganza contra el dueño.
Al verlo destrozando todo, un transeúnte que venía caminando por esa cuadra se detuvo para hablarle. Le dijo que pare y amenazó con llamar a la Policía. El agresor respondió tomándolo del cuerpo y advirtiéndole que si no se iba le daría una paliza.
Tras terminar de romper los cristales que quedaban con algunas patadas, el hombre consideró que ya era suficiente. Entonces se dio media vuelta y cruzó la calle corriendo.
Pagó muy cara su imprudencia, porque el auto que venía precisamente en ese momento por la mano contraria no tuvo forma de frenar a tiempo y lo atropelló. Quedó inmóvil. El mismo transeúnte que había tratado de pararlo fue a asistirlo y llamó a una ambulancia. Luego sería trasladado a un hospital. Su estado era crítico.
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