Francesca Burr sufrió una brutal caída en la casa de su madre. Su cráneo quedó literalmente partido en 5 pedazos y, finalmente y después de varias y arriesgadas cirugías, solo lograron recuperar un tercio de él.
A los 27 años, fue encontrada al pie de la escalera con la sangre saliendo de los ojos… Además de haber perdido un tercio del cráneo, quedó con la nariz rota y la mandíbula agrietada
Diez meses más tarde, y después de tres operaciones en las que los cirujanos retiraron minuciosamente los pequeños fragmentos de hueso de su cerebro, Francesca dice que pasó de "Frankenstein a chica robot".
Burr revela que el camino no fue nada fácil. "Cuando desperté del coma no podía recordar mi segundo nombre y cuando me dijeron que era Chelsea recuerdo haber pensado, '¿Qué? Mamá nunca hubiera dejado que papá eligiera ese nombre!"
La modelo estuvo inconsciente durante un mes en el Hospital de Addenbrooke, en Cambridge. Una vez recuperada, los médicos decidieron ponerle una placa de titanio fijada en su cráneo y construida con una impresora 3D.
Ahora su vida volvió a empezar. Es duro porque aún tiene secuelas, no tiene trabaja y debe vivir con su madre, pero las actitud persiste y Burr está segura que lo mejor de su vída aún no llegó.
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