Eran las seis de la mañana y Alberto Cian, un joven italiano de 18 años, recién había regresado a casa después de una noche en la que había pasado consumiendo alcohol y drogas.
Dejó el auto en el garaje de su casa y se fue a dormir.
Pero los padres notaron algo raro: el vehículo estaba lleno de golpes, tenía una rueda pinchada y le faltaba una luz. Cuando los padres le preguntaron qué había pasado, él contestó que había había tenido un pequeño accidente.
Los padres dudaron de la versión del hijo. Se subieron al vehículo y volvieron por la ruta por la que había llegado, en la localidad de Eraclea Mare, en la región de Veneto, en el norte de Italia. Allí se encontraron con una patrulla de los carabinieri: en el lugar un hombre había muerto atropellado. Y en el asfalto, partes del auto de la familia.
Los padres no dudaron en advertir a las autoridades. Condujeron a los agentes a su casa. Cuando el joven abrió la puerta, entendió enseguida qué había ocurrido. Se largó a llorar y dijo: "Me pareció haber golpeado algo, pero no recuerdo nada más".
El joven fue trasladado a la comisaria para ser interrogado. Allí, los análisis determinaron que estaba drogado y borracho, informó el Corriere del Veneto
La víctima, un turista originario de Eslovenia de 75 años, había sido hallado por una señora que pasaba por el lugar. Egon Kase era conocido en todo el mundo por su trabajo como fotógrafo de deportes.
El joven fue acusado de "homicidio causado por un accidente de tránsito" y "atropello con fuga" y fue trasladado a una cárcel de Venecia.
La hermana de Alberto contó que lo había visto fuera de sí cuando regresó tras el accidente. "Somos una familia normal, esto es algo demasiado grande", dijo. "Mis padres pensaron que si había pasado algo lo correcto era reconocer la culpa, por eso volvieron por la ruta".
Pero la reacción de los padres, en un país en el que la la protección de la familia está muchas veces por encima del respeto de la ley, generó los elogios de italianos en los medios y en las redes sociales.
"Para los dos (padres) que confesaron pido el máximo de la pena", escribió irónicamente un editorial del Corriere della Sera. "Qué se los obligue a hacer un curso de educación cívica a todos esos padres que ponen la defensa del niño y del buen nombre de la familia por encima de cualquier cosa".
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