Un hombre italiano de 35 años murió este sábado tras la explosión de una bomba de la Primera Guerra Mundial que había encontrado durante una excursión en la montaña.
Según informa el medio Brescia Oggi, Alessandro Marini estaba de vacaciones en Vezza d'Oglio, un pueblo de montaña cerca de Brescia (en el norte de Italia), junto con su familia.
Durante una excursión en las montañas de la Val Camonica, encontró entre las rocas algunos objetos usados por los soldados hace cien años. El hecho es bastante común: en esa zona ocurrieron algunas de las batallas más sangrientas del primer conflicto mundial y en esta época del año, cuando los glaciares se retiran, no es insólito encontrar pertenencias y residuos de más de 100 años de antigüedad.
Entre los que encontró Marini había un artefacto explosivo. Las autoridades están aún investigando si se trataba de una granada o una bomba manual.
El sábado a la tarde, el hombre ingresó en la cochera del edificio donde había guardado los objetos. Poco después, los vecinos escucharon una fuerte explosión, vieron un intenso humo blanco salir del garage; luego observaron al joven mientras salía corriendo con las manos en el pecho y derramando sangre.
Todavía se desconoce si la explosión ocurrió después que el joven tocara la bomba o si el dispositivo se activó automáticamente.
Los socorristas acudieron al lugar en helicóptero desde un hospital de la vecina ciudad de Sondrio. Intentaron reanimar al joven durante una hora, sin éxito. El hombre, que tenía que casarse en octubre, falleció.
También, acudieron al sitio los bomberos de Vezza, los carabineros y el alcalde para dirigir las operaciones de evacuación del edificio. El domingo acudió desde Milán una división especializada de los carabineros para asegurarse que la bomba estuviera definitivamente inactiva.
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