Se lo conocía como el abogado de los antisistema, siempre dispuesto a defender a quienes infringieran la ley desafiando al establishment político y económico español. Jaume Asens empezó a trabajar con Ada Colau en el Observatori DESC, una ONG que ganó importancia tras el surgimiento del movimiento de indignados en España.
Cuando Colau fue electa alcaldesa de Barcelona, en 2015, Asens entró como concejal por su partido, Barcelona en Comú. Luego de asumir, lo nombró como cuarto teniente de alcalde, miembro de la Junta de Gobierno.
Este aliado se convirtió en un dolor de cabeza para Colau esta semana, luego de que el periódico ABC revelara que como abogado defendió a Mohammed Mrabet, un ciudadano de origen marroquí que fue gerente de la mezquita de Vilanova i la Geltrú, y que estuvo preso por estar involucrado en actividades yihadistas.
Tras conocerse que además fue el maestro de Abdelbaki es Satty, cerebro de los ataques, los representantes del Partido Popular y de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Barcelona criticaron duramente a Asens y le exigieron dar explicaciones públicas. En caso de que no resulten convincentes, podrían pedir su renuncia.
Mrabet fue arrestado en 2006 y condenado en 2009 a siete años de prisión por ser miembro fundamental de una célula terrorista en la capital catalana, en el marco de la investigación conocida como Operación Chacal. Su tarea consistía en adoctrinar a jóvenes para sumarlos a la causa de la yihad y enviarlos a combatir a Irak. Al detenerlo, la Policía halló en su casa textos y audios en los que alentaba explícitamente el terrorismo.
Tras la condena inicial, Asens se presentó y le ofreció sus servicios como abogado. Apeló ante el Tribunal Supremo y en 2011 consiguió que la Sala Segunda de lo Penal lo absolviera junto a los otros cuatro condenados. Si bien los vínculos de Mrabet con el yihadismo no fueron nunca refutados, los magistrados alegaron graves irregularidades procesales, como intervenciones telefónicas sin autorización judicial y la obtención de testimonios bajo presión.
Abdelbaki es Satty, su discípulo, se convirtió luego en imán de Ripoll. Desde allí radicalizó a decenas de jóvenes, hasta formar la red que perpetró los ataques terroristas que dejaron al menos 15 muertos la semana pasada en Barcelona y Cambrils. Fue el cerebro del operativo, pero murió en la explosión de la casa de Alcanar, Tarragona, donde se preparaban las bombas que iban a ser utilizadas en el atentado planeado originalmente. Su muerte obligó a sus secuaces a precipitar los ataques.
Asens no es el único funcionario en apuros por defender terroristas. Benet Salellas, diputado de Cataluña y miembro de la CUP, partido independentista de izquierda radical, fue abogado de uno de los aliados de Mrabet, Mohammed Samadi, que fue absuelto junto con él.
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