La sucursal de Hamburgo de la cadena alemana de supermercados Edeka tomó una osada idea como una campaña de impacto contra el racismo y la xenofobia que está creciendo en Europa.
La empresa decidió quitar de sus estanterías todos los productos importados y poner en los lugares vacíos carteles con leyendas como: "Esta estantería es muy aburrida sin diversidad". "Así de vacío queda un estante sin extranjeros", "Seremos más pobres sin diversidad", "Ahora sabemos de fronteras".
"Edeka defiende la variedad y la diversidad. En nuestros negocios vendemos productos de muchas regiones alemanas, pero sólo junto a los productos de otros países podemos ofrecer esa variedad única que valoran nuestros clientes. Nos complace que la campaña tenga reacciones positivas", dijo la empresa en un comunicado.
El debate sobre la inmigración está cada vez más caliente, a medida que avanza la campaña electoral. Desde 2015, ingresaron al país más de un millón de refugiados sirios.
La vicepresidente de la Democracia Cristiana, Julia Klöckner, elogió la campaña a la que describió como una "acción inteligente" para hacer pensar a las personas.
En cambio, Marcu Pretzell, de la fuerza antiinmigrante Alternativa por Alemania (AID), la calificó de "absurda" y "sin sentido".
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