Mohamed Houli y Driss Oukabir, dos de los cuatro detenidos por los atentados de Barcelona, fueron condenados a prisión sin fianza, acusados de pertenecer a una organización terrorista que planeaba una cadena de atentados en Cataluña comandados por el imán Abdelbaki Es Satty.
Mohamed Alla quedó en libertad condicional, mientras que la decisión sobre Salh el Karib se pospuso hasta que se resuelvan todas las diligencias.
Houli, aún con el pijama del hospital con el que ha estado recluido estos días, declaró durante más de una hora. Ratificó todo lo que había dicho a la policía y reconoció que la explosión desbarató sus planes iniciales de atacar lugares típicos de Barcelona, como la Sagrada Familia. El imán de Ripoll, autor intelectual de los ataques, tenía previsto inmolarse en la ciudad para completar esa cadena de atentados.
Driss Oukabir, de 28 años, fue el segundo en declarar. Fue detenido la misma tarde del jueves, poco después del ataque en La Rambla. Acudió voluntariamente a una comisaría cuando vio su cara en todos los medios de comunicación, después de que los agentes encontraran su documentación en la camioneta utilizada para la embestida que mató a 13 personas. Según dijo, su hermano Moussa, de 17 años, le había robado el pasaporte para alquilar la furgoneta.
En un primer momento, esa declaración llevó a los agentes a pensar que Moussa era el conductor de la camioneta. Sin embargo, fue identificado poco después como uno de los terroristas abatidos en Cambrils.
El mayor de los Oukabir cambió hoy su versión de lo ocurrido. Declaró que mintió sobre el robo de su documentación porque tuvo miedo, y ahora ha reconocido que alquiló una camioneta, pero porque pensó que se iba a utilizar en una mudanza. Negó estar integrado en la célula terrorista y afirmó que si realizó un viaje a Marruecos fue porque pesaba sobre él una orden de alejamiento dictada por la Justicia española.
Oukabir ha insistido en que el imán de Ripoll es el responsable de los atentados, una acusación que también ha hecho Houli. Este último ha dicho que nunca tuvo intención de hacer daño a nadie y que recomendó que el atentado se hiciese por la noche para minimizar su impacto.
Los dos últimos en declarar fueron Salh el Karib, propietario de un locutorio en Ripoll, y Mohammed Alla, dueño del Audi A3 al que se subieron los terroristas en Cambrils. En él viajaba un hermano de Mohammed, Said Alla, que fue abatido por los agentes. Los investigadores están comprobando si el tercero de los hermanos Alla, Youssef, murió en la explosión de Alcanar junto a Es Satty.
El Karib ha asegurado que él no tiene nada que ver con los terroristas y que se limitó a hacer de intermediario. Compró billetes para Marruecos a su nombre, que en realidad iban a ser para el imán y para el mayor de los hermanos Oukabir. A cambio cobraba una comisión, pero ha insistido en que no tuvo ningún papel en la organización de los atentados.
Mohamed Alla, por su parte, explicó que el Audi A3 está a su nombre pero no es su coche habitual. Declaró que él conduce un Seat Ibiza y que el Audi lo utilizaba su hermano Said, pero ambos decidieron ponerlo a nombre de Mohamed para abaratar el coste del seguro.
A pesar de sus declaraciones exculpatorias, El Karib y Alla están acusados, junto a Houli y Oukabir, de los delitos de pertenencia a organización terrorista, asesinato terrorista, estragos y tenencia de explosivos.
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