La industria automotriz avanza a pasos agigantes en el desarrollo de los autos eléctricos. Incluso el Reino Unido prometió que para el año 2040, prohibirá la venta de gasolina y diesel, para dar lugar a ese tipo de vehículos. Sin embargo, poco se conoce del costado oscuro de ese boom.
Un reporte realizado por la cadena Sky News muestra el doloroso mundo de miles de niños que trabajan a diario en las minas de la República Democrática del Congo para obtener las piedras de cobalto, uno de los materiales esenciales para las baterías que alimentan a los coches eléctricos.
Dorsen es un menor de apenas ocho años. Los reporteros lo encontraron en una mina de Katanga, transportando pesados sacos de rocas en un trayecto de casi 20 metros.
En las imágenes se observa el repudiable trato que recibe, tanto él como miles de niños, por parte de los supervisores. Un hombre le colocó la bolsa sobre los hombros, mientras el menor tambaleaba por el peso.
El supervisor se paró frente a él, le gritó y le levantó la mano para amenazarlo con una paliza si derramaba alguna roca.
Con su madre muerta, Dorsen vive junto a su padre en el monte, y ambos tienen que trabajar a diario en la mina de cobalto para ganar dinero.
Su amigo Richard, de 11 años, relató que al final del día les duele "todo".
"Cuando me despierto cada mañana me siento terrible pensando que tengo que volver aquí", declaró Richard, visiblemente angustiado y con lágrimas en sus ojos.
"Cuando trabajo aquí sufro. Mi madre murió y yo tengo que trabajar aquí todos los días, y mi cabeza me duele", agregó.
El cobalto extraído en las minas es transportado a Asia, donde los fabricantes de baterías lo utilizan para hacer sus productos más ligeros, duraderos y recargables.
Ese elemento químico es un peligro para la salud, ya que puede generar importantes enfermedades respiratorias. Incluso a una se la suele llamar "cobalto pulmonar", una forma de neumonía que causa tos y conduce a la incapacidad permanente e incluso puede llevar a la muerte.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que 80 niños muerte por año en Katanga por esas causas. Otros logran sobrevivir, pero padecen enfermedades crónicas desde muy pequeños, lo que acorta considerablemente su expectativa de vida.
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