La madre de Charlie Gard volvió a presentarse este martes ante los tribunales londinenses para solicitar que su hijo, enfermo terminal, pueda volver a su casa para pasar sus últimos momentos de vida, ante el inminente desenlace fatal.
En la víspera, la familia había anunciado frente a la corte que desistió en su batalla judicial para intentar llevar a Charlie a Estados Unidos y someterlo a un tratamiento experimental, luego de ver sus últimos exámenes cerebrales. "El tiempo se agotó", lamentaron.
Los abogados de la pareja explicaron que han estado en conversaciones con autoridades del hospital Great Ormond Street de Londres para facilitar el traslado, pero no han logrado un consenso. "Hay algunas cuestiones que necesitan desesperadamente un acuerdo", indicó el defensor Grant Armstrong, apuntando a "obstáculos" en el diálogo.
El hospital sugirió como alternativa de traslado a un hospicio para asegurar que esté a salvo, pero la familia quiere que Charlie llegue a su casa. "El plan de cuidados de Charlie debe ser seguro, debe evitarle cualquier dolor y proteger su dignidad. Al mismo tiempo, debe honrar el deseo de sus padres sobre dos asuntos en particular, el momento y el lugar de su muerte", escribieron los abogados del hospital en un documento presentado en la corte.
El texto sostiene que el sistema de ventilación que necesita Charlie sólo podía ser proporcionado por un hospital. Entre otros problemas prácticos, señaló, el respirador artificial no cabría por la puerta de la casa de la familia del pequeño. "Charlie es un niño que requiere tratamiento altamente especializado. Su cuidado no puede ser simplificado. Debe ser ofrecido en instalaciones específicas por especialistas", señaló el documento.
La decisión
"Dejaremos que nuestro hijo parta y esté con los ángeles. Mucho tiempo se ha desperdiciado", dijo el lunes el padre, leyendo un comunicado a la prensa y dando a entender que cortarían la asistencia artificial. En cuanto a la posible fecha, la familia indicó que Charlie no llegaría a su primer cumpleaños, para el que faltan menos de dos semanas.
Chris Gard y Connie Yates habían protagonizado una campaña internacional para lograr que su hijo pueda seguir siendo tratado y han contado con el apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump, y el papa Francisco. Los médicos del hospital mantenían que la calidad de vida de Charlie no mejoraría y abogaban por desconectar las máquinas que lo sustentan para que tuviera una muerte digna.
(Con información de AP y EFE)
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