Hay una ley no escrita en Berau, Indonesia: no hay que bañarse desnudo en el lago Lempake. El que lo haga, podría ser devorado por un cocodrilo.
Syarifuddin y sus amigos nunca lo creyeron, así que allí estaban el martes a la tarde, inmersos sin ropa en esas aguas. Nunca imaginaron que la profecía podía volverse realidad.
El gigantesco cocodrilo atrapó con su boca al hombre de 41 años y se lo llevó. Sus acompañantes empezaron a buscarlo, pero no tuvieron éxito. Tampoco la Policía local.
Desesperados, sus familiares acudieron a un brujo experto en cocodrilos. Tras hacer un hechizo, éste les prometió que haría regresar a Syarifuddin.
Pocas horas después, el miércoles a la mañana, el reptil se acercó a la costa del lago con el cadáver del hombre entre sus dientes. Allí lo dejó y luego se fue. Ya estaba muerto, pero para asombro de todos los presentes, el cuerpo estaba muy bien conservado.
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