El video abre con tres muchachos en sillas playeras que toman el sol; uno de ellos no quiere hablar porque las expresiones faciales le impedirían el bronceado perfecto y está preocupado por su aspecto.
—Hoy me preguntaron si estaba enfermo en el trabajo —argumenta.
—¿Y estás?
—No. Estoy sin maquillar.
Con dirección de Aldara Filgueras y producción de Verónica Almeida, el corto Cosas de chicos, que ya supera las 420.000 vistas en YouTube, cuenta con humor las experiencias cotidianas de machismo que viven las mujeres, pero en un mundo del revés: se trata de tres hombres sometidos a la violencia de una sociedad matriarcal.
Uno tenía que presentar un proyecto ese día en el trabajo: "Pero las señoritas no me dejaron hablar, estuve toda la reunión en modo mueble". Estaban ahí como si él no existiera. "¡Cuando el que tenía que responder las preguntas soy yo! Me sentía un imbécil, ahí con la sonrisita puesta todo el rato".
El segundo le pregunta si no le dijo nada: cada vez que hablaba, las mujeres lo interrumpían. "Una me llegó a preguntar: '¿Lo has hecho tú solo?'". Cuando se quejó a la jefa, la mujer no le dio importancia: a veces él se pone tan quisquilloso…
"Cambiamos la perspectiva de género para visibilizar el ridículo de lo que está pasando y también para incluir a los hombres en la denuncia", dijo Filgueiras. La realizadora gallega puso el corto en Infomix, un canal de televisión en línea —"el Netflix español", como lo apodan sus participantes— que alberga proyectos independientes. "Yo no quiere ser más que un hombre. No va de eso. Esto va sobre estar juntos", sintetizó.
Los actores Ignacio Montes, Raúl de la Torre y Daniel Brotóns interpretan la minicomedia que se ha viralizado en las redes sociales. Entre los diálogos se cuelan portadas de revistas masculinas:
Al joven frustrado porque las jefas le robaron el protagonismo en la reunión los amigos le aconsejan que diga las cosas "de otra manera para no parecer muy mandón". A todos les resulta típico haber escuchado comentarios sobre su carrera del tipo si ha trepado acostándose con la jefa, o si no se da cuenta que todo lo tiene fácil porque es atractivo. El mayor les sugiere que vivan el día: con el cambio de metabolismo, ha comenzado a engordar.
—Llevo toda la puta vida a dieta —suspira.
—Porque te gusta cuidarte.
—No, ¿cómo me va a gustar? Tengo que cuidarme.
La edad es digna en las mujeres: "Las hacen ejecutivas de cuentas, las hacen socias… Pero a nosotros no", observa. "A partir de ahora la pregunta ya no es cuál es mi próximo sueño a conquistar sino si me llama o no me llama la paternidad".
El amor es otro tema. El tercero ha salido con su novia la noche anterior y se siente mal por cómo fueron las cosas: "Al final no sé si seguimos juntos o no". No se lo dijo a ella para que ella no se sintiera mal. "¡Pero al final el que se siente mal sos vos!", le señala uno de los amigos.
De pronto estalla contra "todas estas cosas que nos meten en la cabeza desde pequeños, el amor ideal y la princesa Disney que va a venir cabalgando por el valle a salvarnos de nuestra vida triste y aburrida". Pero la princesa también tiene un lado oscuro: "Está todo el rato encima, diciéndome que le mande mensajes para ver qué llevo puesto, que no vaya muy provocativo".
Cosas de chicos remata con el megahit "Despacito", de Luis Fonsi, también en una versión del mundo del revés. Montes, De la Torre y Brotóns sacuden lo que corresponde y más al ritmo de "Quiero verte el paquetito".
Todas las rimas -ito aluden a los varones o a sus cuerpos ilustran el desprecio del lenguaje discriminador de género: "piquito / gatito / bebito / putito / chiquito / fuertecito / musculitos / pomelito / machito". Y pregunta Filgueiras: "¿Por qué si te parece ridículo en ellos, no te lo parece en ellas?".
"Me duelen todos los temas que aparecen en esta historia y también que haya algunos hombres que se sientan atacados cuando se habla de desigualdad", dijo la directora. "El feminismo no intenta atacarlos ni eliminar la energía masculina".
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