Alarma en el Reino Unido por el aumento de ataques con ácido: 400 en seis meses

El jueves 13 de julio se produjeron seis agresiones en 90 minutos. Todas en Londres. La policía sospecha de un adolescente

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Los ataques con ácido u otras sustancias corrosivas han aumentado en los últimos meses en el Reino Unido, especialmente en Londres, lo que ha motivado una revisión de la legislación vigente por parte del gobierno.

Según datos de la Policía, en los seis meses hasta el pasado abril se han cometido en Inglaterra y Gales unos 400 ataques con ácido, si bien el tipo de delito al que acompaña varía, pues puede tratarse de un robo, ataques racistas, agresiones sexuales o incluso crímenes de "honor" (contra mujeres que supuestamente han deshonrado a sus familias).

Los expertos consideran que los ataques con ácido han proliferado porque son sustancias accesibles en tiendas e incluso en el hogar y hasta ahora su uso tenía menos consecuencias que el de otras armas, como los cuchillos.

No obstante, la jefa para ataques con sustancias corrosivas del Consejo Nacional de Jefes de Policía, Rachel Kearton, declaró a la BBC que, aunque se ha incrementado, el número de agresiones con ácido es porcentualmente "diminuto", comparado con los delitos cometidos con, por ejemplo, cuchillos.

La ministra del Interior, Amber Rudd, adelantó que pedirá a las autoridades competentes que analicen si pueden aumentarse las penas de cárcel para este tipo de delitos, planteándose incluso la cadena perpetua.

Las medidas para combatir estos crímenes incluyen revisar su tipificación, para que las sustancias usadas -como amoníaco, lejías o ácidos- puedan clasificarse como "armas peligrosas", restricciones en su venta y más apoyo a las víctimas, que a menudo quedan desfiguradas.

"Queremos asegurarnos de que quienes cometen estos terribles delitos sienten todo el peso de la ley", escribió Rudd.

Los últimos ataques

El jueves 13 de julio, según los investigadores, desde su motocicleta de baja cilindrada, un joven atacó a seis varones que también iban en moto -algunos eran repartidores- rociándoles en la cara, con un espray, una sustancia corrosiva, supuestamente para robar sus vehículos.

La policía socorre a unas de las víctimas del ataque con ácido en Londres el 13 de julio pasado (Reuters)
La policía socorre a unas de las víctimas del ataque con ácido en Londres el 13 de julio pasado (Reuters)

Este sospechoso, residente en Croydon, sur de Londres, negó los cargos pero permanecerá en prisión preventiva hasta la próxima audiencia, el 14 de agosto. Otro joven de 15 años, que fue arrestado el 14 de julio en relación con los ataques, y que se cree que iba sentado detrás en la moto, ha sido puesto en libertad vigilada a la espera de comparecer en una audiencia judicial en agosto. El chico que hoy negó su participación en los ataques, ante un tribunal juvenil en el barrio londinense de Stratford, ha sido acusado de trece delitos.

Entre estos, figuran cargos de agresión grave intencionada, posesión de un objeto para descargar una sustancia nociva, robo e intento de robo.

El raid del jueves pasado no es el único. Resham Khan, de 21 años y estudiante en Manchester, se encontraba de visita en Londres con su primo Jameel Muhktar cuando fueron atacados por un hombre identificado como John Tomlin, que arrojó el líquido corrosivo.El agresor es un joven blanco de cabeza rapada y tatuajes en la cara, de 25 años, que se entregó a la policía. Resham, con el rostro desfigurado, ha logrado desde el hospital que 366.000 personas firmen para que se restrinja la venta de sustancias

Resham Khan, antes del ataque
Resham Khan, antes del ataque
Así quedó Resham Khan tras la agresión con ácido
Así quedó Resham Khan tras la agresión con ácido

Y en abril pasado, otro episodio conmocionó Londres, durante una fiesta en una discoteca, otro ataque masivo con ácido dejó 20 personas quemadas.  El incidente comenzó como una pelea entre dos bandas cuando uno de los jóvenes sacó un spray y roció la sustancia sobre los demás.

Isobella Fraser, una de las víctimas del ataque en al discoteca
Isobella Fraser, una de las víctimas del ataque en al discoteca

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